Pandemia, golpe de timón ¡ya!

Por: Rafael García Tinajero Pérez

Hace meses el  Dr. Hugo López Gatell,  vocero y al parecer estratega principal del gobierno federal contra la pandemia,  calificó  como la  materialización de un escenario catastrófico,  casi imposible de concretarse la muerte de 60 mil  personas a causa de la COVID-19.

Hoy, 9 de Septiembre,  avanzamos con rapidez a los 700  mil  contagios y 70mil decesos , cuestión de uno o dos días,   y es predecible,  de acuerdo a los pronósticos del Instituto de Métricas y Evaluaciones en Salud  de la Universidad de Washington, que para el primero de diciembre de este año, nuestro país estará reportando , si no hay una modificación drástica de las políticas públicas seguidas  hasta el momento, más de 130 mil  muertes.

Hoy somos el cuarto país del mundo con mayor mortalidad y contagios  en términos absolutos;  una de las mayores tasas de letalidad y el que tiene en términos absolutos y relativos la mayor mortandad  entre el  personal de salud. 

La pandemia , sin duda,  está fuera de control a pesar de que el presidente y el subsecretario de salud digan lo contrario.
El 79% de los fallecidos no ha tenido la oportunidad de recibir cuidados intensivos, muchos han muerto en su casa o han arribado demasiado tarde a los hospitales.
Todos los pronósticos oficiales han fallado.

El personal sanitario que atiende COVID está cansado y exhausto.
El Dr. Gatell ya está hablando de rebrotes cuando no hemos superado la primera ola de la pandemia, así que se está llamando rebrote a lo que seguramente será un repunte.

No nos engañemos, la pandemia en México, está fuera de control.
México  ha  tenido  que enfrentar  la  peor  crisis  económico-sanitaria  de  su historia,  con  un  ilimitado  número  de  carencias  en salud . Y a  la  vez,  por  una  economía  mermada,  frágil  y  en  picada.
En  crisis  cómo está el Estado tiene un papel que jugar  como   principal garante  de  la  seguridad , salud,   patrimonio  y    bienestar de los ciudadanos.  Es  la  institución obligada a  intervenir  con  toda  su  fuerza  y  con todos  sus  instrumentos  para  enfrentar  la  pandemia  y sus  consecuencias  económicas  y  sociales.  Su  esfera  de  acción  está en   todas  las  áreas  y  debe  enfrentar  la  crisis  de  forma integral,  pues  las  implicaciones  de  una  pandemia  de las  características  de  la  COVID-19  son  tales  que  afecta  todos los aspectos estructurales y dinámicos de nuestra sociedad.
La  respuesta  del  gobierno  mexicano  ha  sido  la  de restarle  importancia  a  la  pandemia  de  COVID-19.

Desde la preparación previa, hasta la semaforización que hoy vivimos, pasando por el periodo de lo que se llamó “ sana distancia”, las medidas tomadas por el gobierno han sido defectuosas.  La  narrativa  gubernamental  ha  estado  caracterizada  por la autocomplacencia, mensajes  contradictorios,   subestimación del  peligro  y  consecuencias  de  la  epidemia  en  México,   medidas  de  protección  que  no  son  atendidas,  ni  siquiera por el Presidente de la República.  Las  cifras de  contagios  y  defunciones   han sido  cuestionadas  y  los  pronósticos  han  sido    equivocados recurrentemente.  Muchas medidas  sanitarias  fueron  improvisadas  y  estuvieron mal  diseñadas,  al  no fundamentarse en  evidencia científico-técnica relevante , un  sustento  presupuestal,    un  marco  legal  adecuado  ni  las  estrategias  necesarias  para  una  coordinación  efectiva  entre autoridades federales y los gobiernos estatales y municipales.

A  lo  largo  de  la  pandemia,  el  gobierno  asumió  la  falsa  disyuntiva  entre  lo  sanitario  y  lo  económico .  No  se aplicaron  medidas  de  distanciamiento  social  a  tiempo  ni  de  manera  estricta.  Se  consideró  que  atentaría  en  contra  de  la  actividad  económica.  El  gobierno  se  rehusó a  otorgar  ingresos  a  las  personas  para  quedarse  en casa.  Sin  ese  sustento  para  las  familias  era  imposible  que  millones  de  personas  pudieran  observar  distanciamiento  social  y  continuaron  saliendo y contagiándose.   La  estrategia del  gobierno  federal  fue  la  de  monitorear  la  pandemia  a  través  de  muestreo  limitado  y  no  representativo, somos uno de los países del mundo que menos muestras ha tomado.  Por  tanto,  el  número  de  casos  quedó  sub-reportado y el  de  fallecimientos  está  sub-registrado.

Aún  así,  la autoridad levantó el distanciamiento en  lo  económico  y  social  el  panorama  es  igual  de desolador.  Se  pronostica  que  el  PIB  caerá  más  de 8%  en  2020  y  tendrá  una  recuperación  muy  lenta.  El  plan  del  gobierno para  paliar  la  crisis  económica  y  de  empleo  fue  tímido,  tardío  e  insuficiente.  Los  empleos   han  colapsado,  sobre  todo  los informales  y  de  bajos  salarios. Millones  de  miembros  de  la  clase media  caerán  en  pobreza.   La  violencia  intrafamiliar  se  ha  multiplicado,  se  ha  agudizado la  brecha  digital  y  la  pandemia  está  teniendo  graves consecuencias  en  el  aprendizaje  a  distancia  la mayoría de  los  niños  y  adolescentes. La pobreza  y la  desigualdad  en    están  empeorando.

Desde  luego  el  gobierno  no  es  el  único  que  debe actuar  en  una  crisis  como  esta , el  comportamiento  de  la  ciudadanía  es  clave  para  confrontar una  epidemia. Pero alguien tiene que tomar la batuta y ese es el Estado.   Para  ello,  la  coordinación  de  esfuerzos  entre  los  tres  órdenes  de  gobierno  con  la  sociedad  es  crucial y  quien  los debe  guiar  es, como  lo  establece  la  Constitución,  el  Presidente  de la  República  y  los  órganos  ejecutores  que  dependen de él .   Quizás uno de los más graves errores que se cometieron desde el principio fue dejar la responsabilidad de la lucha contra la pandemia en el Subsecretario de Promocion y prevención de la salud y no en el órgano colegiado que la Constitución y la Ley General de Salud prevén para una Emergencia Sanitaria, el Consejo de Salubridad General que tiene en estos casos facultades legislativas y ejecutivas y cuyos decretos son de cumplimiento obligatorio para todas las autoridades administrativas del país. Su presencia en esta ocasión ha sido limitada y débil, en la sombra , se ha encargado de emitir acuerdos y lineamiento sin la fuerza jurídica necesaria , esto ha traído como consecuencia una grave falta de coordinación entre poderes públicos y órdenes de gobierno , fuente del caos que ha caracterizado las estrategias frente a la pandemia, podemos decir con certeza que desde el punto de vista jurídico  han  habido graves lapsus por los que alguien deberá responder.

Las medidas  que  las  autoridades  han  implementado para  combatir  la   crisis  muestran   la  limitada capacidad  técnica  con  la  que  el  gobierno  mexicano cuenta,  y   la  ausencia  de responsabilidad    para  hacer  frente  a  un  reto  de  estas  dimensiones . Las  consecuencias  han  sido  graves  en  lo  sanitario  y  lo económico.  ¿Cuántas  muertes   se  pudieron  haber  evitado   de  haberse  tomado  otras  medidas  para  enfrentarla?  ¿Cuál  pudo  haber  sido  el  impacto  en  el  empleo,  la pobreza y la quiebra de pequeñas     empresas  de  haberse tomado  acciones  de  política  pública  que  los  protegieran?.
  
Es pues momento de dar un golpe de timón , de hacer un análisis de lo sucedido, de tomar decisiones  con base en criterios científicos y técnicos que se  materialicen en políticas públicas que en su conjunto conformen una política de Estado, para frenar los  contagios y muertes y disminuir  las  consecuencias  económicas, sociales de la más grave crisis sanitaria que haya vivido México. De  que el Presidente de la República,  con  todas   sus atribuciones constitucionales y legales  instruya al Secretario de Salud para que  reúna en forma expedita al Consejo de Salubridad General y éste analice la estrategia que hasta el momento ha seguido el Estado Mexicano  para enfrentar la pandemia  y  asumiendo su función constitucional tome  el mando y genere  las políticas públicas que,  mediante decretos   de cumplimiento obligado, constituyan la Política de Estado para controlar la pandemia y todos los efectos perniciosos que en los ámbitos sanitario, económico, social y político ha generado y generará.

Es por Mexico y por la salud, la vida y el bienestar de ésta y las futuras generaciones de mexicanos.





whatsapp

Deja un comentario