Por: Daniel Ambriz Mendoza.
Anda circulando una publicación de un portal de noticias por internet que me parece no solo fuera de lugar, sino que, constituye un abuso y una violación a la normatividad oficial y a la seguridad de las personas. En dicha publicación que adjunto al presente texto, se intenta obligar al grupo de estudiantes de educación preescolar que fueron admitidas a ingresar a la Escuela Normal para Educadoras de la Ciudad de Morelia, a participar en un campamento de adoctrinamiento político al cual convoca el consejo estudiantil de esa institución educativa valiéndose de un grupo de WhatsApp creado para ese fin.
Detrás de esa acción de adoctrinamiento se encuentra un grupo desestabilizador al interior del magisterio michoacano que intenta apoderarse de la voluntad de los estudiantes a temprana edad para posteriormente, cuando terminen de estudiar y formen parte de la planta docente en el estado, manipular a las futuras educadoras y utilizarlas para sus perversos fines de corrupción y terrorismo sindical.
Quienes deciden abrazar una carrera tan noble como lo es la educación preescolar y la docencia en general, no merecen trato indigno ni vejación a sus derechos como estudiantes, las autoridades educativas y de cada plantel deben garantizar un trato justo y digno y evitar que sean amenazadas con expulsarlas de la lista de aceptadas en caso de no participar en una actividad que no forma parte del proceso de ingreso ni tampoco es parte de la malla curricular. Las jovencitas que acuden a la Escuela Normal van por una formación pedagógica que les permita un desempeño profesional eficiente para contribuir al desarrollo del Sistema Educativo en Michoacán.
No van a servir como carne de cañón para intereses perversos.
Los padres y madres de familia de las estudiantes deben interponer una enérgica denuncia ante las autoridades competentes para evitar que sus hijas sean puestas en riesgo. Las autoridades educativas deben detener esta intención que atenta en contra de la dignidad y la seguridad de las estudiantes.
Una futura educadora no debe iniciar su crecimiento y su formación atada a dogmas, debe buscar y defender su derecho a ser educada en total libertad, sin influencias perniciosas, ya llegará el momento donde personalmente y de manera libre, cada una decida políticamente su participación sindical.