Por: Lenin Villegas
“Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica” (Salvador Allende).
La manera de hacer política sigue evolucionando día a día, cada vez tenemos una sociedad más atenta y con mayor acceso a la información, gracias a los medios digitales, son precisamente los jóvenes quienes tienen mayores oportunidades de conocer el desempeño de sus autoridades y darle seguimiento a las propuestas de los actores políticos tanto a nivel local como nacional.
Son también los jóvenes quienes demuestran mayor interés por ejercer su voto y participar en los procesos democráticos de su localidad y del país.
Antes se decía que los jóvenes eran el futuro de México, luego nos acostumbramos a decir que los jóvenes son el presente de nuestro país, hoy en día, los jóvenes políticos reclaman más oportunidades y espacios al interior de sus partidos políticos, ya que son los que tienen la energía y los ánimos para impulsar las transformaciones que nuestra nación requiere.
Los políticos jóvenes de la actualidad ya no aspiran a ser como los políticos tradicionales, ni a seguir su ejemplo, sino todo lo contrario, la intención es no cometer los mismos errores y no caer en los vicios de esos políticos a los que llamamos “cartuchos quemados”. Son los jóvenes quienes tienen claro que la sociedad demanda otro tipo de políticos, emanados de procesos democráticos más justos. Además de servidores públicos mejor preparados y representantes populares con una visión más colectiva.
La esperanza de una verdadera transformación en México sigue depositada en sus jóvenes. Esperemos que en los próximos procesos electorales se les brinde la oportunidad a nuevos cuadros, dispuestos a hacer política de una manera más progresista. Es el momento de impulsar a las nuevas generaciones que han entendido que a la política en México le urge evolucionar, dejando atrás las prácticas mezquinas del pasado.