Por Teresa Da Cunha Lopes
La COVID-19 puede ser un catalizador para mejorar el sistema educativo o bien un instrumento de implosión del mismo.
La COVID-19 no sólo impuso una emergencia educativa «externa». Visibilizó todas nuestras debilidades estructurales internas, y nuestro arraigo al pasado (no siempre ejemplar) de preferir la «política» sobre la calidad educativa.
Evitemos un desastre educativo en la UMSNH. Todavía estamos a tiempo. Debido a que la educación superior está vinculada con el desarrollo del estado, con la prosperidad individual, con la creación de empleos con mayores ingresos, y con mayores posibilidades de ejercer el derecho fundamental de las libertades, es necesario reforzar financieramente la UMSNH, renovar la infraestrura de red universitaria y de capacidad de absorción de tráfico muy superior a lo habitual, apoyar a través de capacitación continua a los docentes en el uso de las herramientas tecnológicas, buscar soluciones que no marginalicen a grupos específicos de alumnos evitando reintroducir discriminaciones socioeconómicas o basadas en condiciones personales de discapacidad o vulnerabilidad de género.
El caso de la UMSNH no es único, se inscribe en retos a la escala mundial y a escala nacional. Pero, también nos permite partir de un “pool” de solucciones consensadas como óptimas . Salir de una visión de campanario . Tener modelos de comparación y debates globalizados que nos dan una idea de lo que está en juego.
Un revés en la apertura no presencial de las universidades afectaría el futuro inmediato de millares de jóvenes, pero también el desarrollo de la Nación y, en el caso que nos ocupa del estado de Michoacán, en un futuro próximo.
Estamos ante diversos riesgos y problemas que van desde la pérdida de clases, la mayor pobreza cientifico-pedagógica , y los profundos recortes presupuestarios que , como una crónica anunciada , crearán una tormenta perfecta que llevaría a la UMSNH a retrocesos educativos sin precedentes.
La primera prioridad de la UMSNH debe de ser el mantener activo el aprendizaje durante la Covid 19 y el post Covid . Las autoridades de nuestra máxima casa de estudios, deberían hacer todo lo posible para llegar a todos os alumnos a través de plataformas múltiples soportadas por internet ,tales como youtube, G-suite, meet , classroom, zoom , etc , además de la radio ( en particular radio universitaria y convenios con radios comunitarias ), la televisión ( sistema michoacano ) y las iniciativas de aprendizaje a distancia. internas como SUVIN. Pero, lo que no funcionará , es la imposición rígida de este último como única plataforma autorizada.
Evitemos un desastre educativo en la apertura no presencial, la única posible en el conexto actual de la COVID 19, del año lectivo.
Para muchos de nuestros alumnos, el confinamiento y, una apertura a distancia rígida , restringida a un SUVIN o al MOODLE, que no contempla la libertad de acceder por plataformas múltiples, tanto en horarios síncronos como asíncronos, implica que no recibirán educación alguna. En definitiva , estaremos ante controles administrativos, que pueden impresionar cuando usados para informes a la SEP, pero que solo esconderán una «simulación» de operatividad. Porque, en este nivel, la medida no debe de ser ni puede ser si el maestro estuvo vía SUVIN de 10 a 11 ( es un ejemplo), un lunes registrado en la plataforma obsoleta institucional, sino si podemos trabajar con todos los alumnos, atendiendo sus dificultades tecnológicas de conexión, sus situaciones de periferia regional, sus condiciones socioeconómicas , sus limitantes en materia de competencias digitales, etc.
Y, principalmente si lo hacemos con ritmos diversificados, con calidad de debate científico ( que es el único que abre ventanas de curiosidad intelectual y aprendizaje) , con actualización de referencias de trabajo y materiales , que sólo pueden emergir en ambientes que fortalezcan la libertad de cátedra . Nunca en ambientes tóxicos de control de contenidos realizados por burócratas , y mucho menos con derivadas de «censura» ideológica, tan riesgosas en las áreas de las ciencias sociales y de las humanidades.
Sin embargo, tenemos también que tener una actitud propositiva y positiva .Ni todo es «riesgo», ni mucho menos «imposibles».
La Covid 19 nos da la oportunidad para atacar la crisis estructural que la UMSNH arrastra desde hace años, en términos más amplios. De paso nos da la oportunidad de crecer en calidad educativa y, de aportar soluciones concretas y eficaces en el campo del aprendizaje en ambientes de punta , actualizados y , que abran al alumno panoramas globalizados. Son demasiados los alumnos que nos llegan con deficiencias enormes en cultura general y con conocimientos científicos mínimos, porque cursaron en ambientes educativos mediocres , debido a la aplicación rígida de planes de estudio mal diseñados.
Como consecuencia, su adaptación e integración a la universidad eran complejas en el sistema presencial. Existe el riesgo de que estos elementos negativos se vean reforzados en un entorno innovador , el del regreso a clases no presencial. Por ende, debe llevarse a cabo una evaluación del aprendizaje de cada uno de los alumnos que regresan a nuestras facultades y prepas , y también de los de nuevo ingreso, para identificar a quienes necesitan apoyo. A partir de ese diagnóstico individual, establecer un programa de tutorías colectivas y otro de tutorías individuales, adaptado a las nuevas tecnologías , que no puede ser basado en el obsoleto programa de tutoria institucional preexistente a la cOVID 19 y, que siempre fue disfuncional.
Finalmente, abramos el debate anual de los presupuestos. Contrariamente a lo que podría ser «evidente», el regreso no presencial a clases, obliga a un refuerzo presupuestario de las universidades. Un mayor financiamiento federal y estatal es fundamental para evitar el colapso .La(s) respuesta(s) a la crisis educativa provocada por la COVID-19 debe romper las reglas de presupuestos a la baja , y ser inscritos en ambiciosos planes nacionales de recuperación.
Podemos, y nos debemos de proteger el presente de nuestros alumnos, docentes y personal administrativo, podemos y nos debemos proteger el futuro del estado.