Con Descartes
La ultimas «primeras damas” el país (cargo inexistente pero usado como mote), han sido protagonistas en la vida pública, lo que ha ocasionado de facto que sean susceptibles de la critica social y de la opinión pública. Martha Sahagún, Margarita Zavala y Angélica Rivera tuvieron actividad pública, unas en mayor nivel que otras, pero todas por esa situación fueron llevadas al escrutinio de la población y de los medios.
La doctora Beatriz Gutiérrez Müller, conyugue de Andrés Manuel López Obrador, ha tenido igual o mayor protagonismo público que sus antecesoras, el simple hecho de haber sido designada como presidenta honoraria del Consejo de la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México, la coloca en una posición de movilidad administrativa, política y social, situación que la estaciona en el ojo de voces y de la opinión pública.
Aunado el cargo honorario de la doctora Beatriz, su intensa actividad en redes sociales, defendiendo las determinaciones de su conyugué como presidente del país, sus comentarios y opiniones políticas, la llevan a verse inmersa en el debate público, por consecuencia sus palabras pueden ser refutadas y su postura puede ser cuestionada, eso es valido en democracia, lo cual ella y en Palacio Nacional deben entender, ya que el hecho de ser la esposa de Obrador, no significa que tenga fuero o una barrera protectora a la critica.
Recién, la señora Müller fue cuestionada por un pasajero de un vuelo de avión en el que ella misma viajaba en primera clase. Los que vimos el video sobre el hecho, nos damos cuenta que el sujeto siempre fue decente, no insultó, solo cuestionó. Las palabras del viajero se centraron en cuestionar la influencia de Beatriz para atentar contra la libertad de expresión (caso Chumel Torres) y por señalar las deficiencias del gobierno de Andrés Manuel, manifestando que en el 2021 la población va a rectificar y evitará que Morena gane en las elecciones.
Como era de esperarse, de inmediato las militantes y simpatizantes de Morena salieron a defender a Beatriz, atacando al pasajero del avión, así como lo hicieron contra Chumel Torres, han utilizado el feminismo y la sororidad para iniciar un férreo contraataque contra los que han señalado a la esposa de Obrador.
Lo que es en demasía cuestionable es como esas mujeres usan el feminismo y la sororidad a conveniencia, ello por que esto debe utilizarse y llevarse a la praxis sin importar el origen político, étnico o social de las mujeres. Jamás vi a las mujeres de Morena defendiendo a Martha Sahagún, Margarita Zavala o Angélica Rivera, nunca las vi defendiendo los derechos de las hijas o hijos de dichas personas.
Hay una indiscutible hipocresía y conveniencia de las defensoras de Müller, situación que deja en evidencia que en México el feminismo y la sororidad en muchos de los casos es solo un discurso alejado de la realidad, ajustándose al interés del momento y separándose de las mujeres que no forman parte de ese interés, por eso entre el colectivo aun se usa el dicho “el peor enemigo de una mujer, es otra mujer”; para poder defender una idea, se debe ser congruente, y de eso distan las mujeres afines al obradorismo.