Han pasado siete años de que surgieron los grupos de Autodefensa en Michoacán

Por: Leovigildo González

Un 24 de febrero de 2013, decenas de hombres armados con escopetas y pistolas salieron a las calles en la tenencia de Felipe Carrillo Puerto, La Ruana, en el municipio de Buenavista Tomatlán, ahí en el corazón de la Tierra Caliente de Michoacán.

El primero fue Hipólito Mora, que con sus hombres desarmaron a policías municipales, los acusaron de trabajar para el cártel de Los Caballeros Templarios, ahí surgió un movimiento que vendría a marcar un parteaguas en la vida política de Michoacán.

Se exhibió una debilidad de Estado, ya que las instituciones encargadas de la procuración de justicia y de seguridad habían sido infiltradas por el crimen organizado.

Ningún esfuerzo gubernamental pudo impedir su surgimiento, debido a la inoperancia institucional e impunidad provocada desde las altas esferas políticas, solo mostraban una terrible realidad, pueblos enteros en manos de criminales.

Michoacán vivía además, un ausentismo constante de su entonces gobernador, Fausto Vallejo, quien buscaba un trasplante urgente para salvar la vida. El 2013 será recordado por un gobierno débil desde su mandatario.

El Movimiento de Autodefensas provocó la visibilidad de sus líderes, ahí surgió José Manuel Mireles Valverde, quien rápidamente se convirtió en vocero, y en el hombre mediático, hoy un referente de la 4T.

Hipólito Mora, sufrió los embates del crimen, perdió a uno de sus hijos en un ataque de quienes en ese momento también decían ser Autodefensas, de El Americano, alias los H3.

La llegada del Comisionado Castillo.

Tuvo que pasar un año del surgimiento de las autodefensas, que el entonces Presidente, Enrique Peña Nieto dió un manotazo, y envío a Michoacán a uno de sus colaboradores más cercanos, Alfredo Castillo Cervantes.

El funcionario federal llegó a Michoacán, impuso a su equipo en las instituciones estatales de seguridad, se adueñó de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Procuraduría Estatal, para luego también imponer nombramientos en las delegaciones estatales.

El paso de Alfredo Castillo, estuvo lleno de claroscuros, negoció con los líderes de Autodefensas para desarmarlos, y luego los volvió parte de las instituciones al crear la Fuerza Rural.

Disolución.

Ya a finales del 2014, los grupos de Autodefensa se habían disuelto, muchos regresaron a lo que habían sido antes, nunca dejaron las armas y comenzaron a formarse pequeños cárteles.

De esos grupos surgieron los H3, Troyanos, Los Viagras, templarios, La Nueva Familia Michoacana, todos distribuidos en el estado.

Castillo tuvo que dejar Michoacán para evitar su intromisión en los asuntos de la política del estado, se fue, pero dejó afines en seguridad pública y la entonces procuraduría.

En ese momento dejó una tensa calma. Pero hoy se paga los acuerdos de ese entonces con una pugna entre cárteles.

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