Si vives en México y eres mujer, al Presidente le vales madre

Por: Martín Ramos

México se está convirtiendo en el país más peligroso para ser mujer. Desde violencia de género en los ámbitos político, laboral, académico, hasta el asesinato a sangre fría de una menor de siete años de edad se vuelve el pan de cada día.

Hoy en día, este es el asunto de mayor preocupación en nuestro país: la violencia de género, cuestión que se le ha salido de las manos a los gobernantes y los encargados de la procuración y administración de justicia. Las instituciones han sido incapaces de poder generar las condiciones mínimas de seguridad para las mujeres. Esto queda de patente en virtud de todas las expresiones de violencia que han sido debidamente documentadas y dadas a conocer por los medios de comunicación.

Sin embargo, esperaríamos que ante esta apabullante realidad, los encargados tomaran las decisiones más eficaces para combatir y erradicar tan lamentable situación de nuestro país. No obstante, al titular del Ejecutivo Federal le importa poco o nada si está en llamas México y se ocupa de otros temas que le parecen de mayor relevancia. 

Esto ha quedado en evidencia ya que él mismo lo ha expresado durante su ya tradicional mañanera, espacio en el que  esperaríamos escuchar un diálogo genuino entre gobernantes y gobernados, así como acciones contundentes y eficaces para abatir la problemática de violencia que padece el género femenino, sin embargo este espacio queda reservado para los asuntos que en realidad le importan al presidente, tales como la rifa de un avión y la construcción de un aeropuerto inviable.

Así es como al presidente le importa poco o nada los verdaderos problemas de nuestro país. Culpará al neoliberalismo, a la derecha, a sus “adversarios“, a los medios de comunicación conservadores, o a cualquier otro sujeto que no esté de acuerdo con el, de los problemas del país, y su horda de seguidores, sin la menor vergüenza, respaldarán con tal de seguirse manteniendo en su círculo de confianza. Estos que en otros tiempos fustigarían fuertemente, hoy lo cobijan y son consecuentes con él, ya que como, en el maximato, le deben su cargo a su jefe máximo.

El tiempo se le está agotando al Presidente y a nosotros la paciencia, de escuchar sandeces y ocurrencia en cuanto se prende la televisión o se echa un vistazo a las redes sociales. La oportunidad está a la vuelta de la esquina y no debe desaprovecharse, ya que la ineptitud y la estupidez no pueden perpetuarse en el Poder; deben ser erradicadas de raíz para rescatar el país que aún nos queda.

Así, estas líneas, aparte de constituir una férrea crítica ante la indolencia del régimen, también constituyen un llamado ciudadano a cerrar filas y quitarle el poder que el gobierno tiene hasta ahora. Es más que inaudito que ante crímenes aberrantes y grotescos en agravio no solo de una menor de edad, sino de toda la sociedad, el Señor Presidente culpe al pasado y no asuma el cargo. Y así como dice la canción, a Andrés Manuel le quedó más que grande la silla, y a nosotros nos hace falta un Presidente. 

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