Por: Hugo Rangel Vargas
Maquiavelo recomienda que los príncipes deben hacerse temer de tal modo que, si no pueden ganarse el amor, se evite el odio. Para ello, basta con “abstenerse de apoderarse de los bienes de sus ciudadanos y súbditos, porque los hombres olvidan antes la muerte del padre que la pérdida del patrimonio”. Ese atentado en contra de las pecunias de la sociedad es el que ha costado permanentemente que los gobiernos más recientes del estado sean cuestionados. Y es que las ultimas administraciones han sometido a Michoacán a una espiral de endeudamiento sin precedente.
La más reciente determinación en contra del patrimonio del estado fue tomada por el actual gobierno que encabeza Silvano Aureoles y tuvo como comparsa a un sector bien identificado de diputados que llegaron a sus curules con la postulación del Movimiento de Regeneración Nacional, mismos que inexplicablemente faltaron a la sesión en la que se discutiría el tema en comento, y con ello facilitaban la operación aritmética para conseguir los votos necesarios que avalasen la contratación de una nueva deuda superior a los 4 mil millones de pesos.
No es la primera vez que MORENA no hace valer su condición de primera minoría en la cámara de diputados local, pero si es la de mayor trascendencia en la vida cotidiana de los ciudadanos y en el propio devenir de la entidad a mediano plazo. Es claro que en la cámara de diputados local existe un desequilibrio que se ve reflejado en el hecho de que las determinaciones que ahí se han tomado no se corresponden con la correlación de fuerzas que la ciudadanía mandató en las urnas en el pasado proceso electoral. MORENA pues, no ha hecho valer su condición opositora y de mayor peso relativo en determinaciones como la integración de las comisiones, la designación del fiscal y del auditor superior, así como en la constitución de los paquetes económicos de los dos últimos ejercicios fiscales.
Al interior de MORENA, en la designación de sus candidaturas a diputados y a otros espacios privó la urgencia electoral y cierta soberbia que provenía de haber estado durante toda la campaña como favorito, sin pensar en las consecuencias que tenía este tipo de improvisaciones una vez estando al frente de responsabilidades políticas. Por otro lado, la enorme amalgama de fuerzas que había aglutinado Andrés Manuel López Obrador, casi no se reflejó en la composición de candidaturas para sectores organizados de michoacanos que se volcaron en su apoyo. De igual manera, la utilización de métodos azarosos en la designación de los candidatos a las listas de representación proporcional, dio debilidad a los mismos, no en valde; los dos diputados plurinominales de MORENA han sido quienes mayor volatilidad tienen en sus determinaciones.
A ello ha proseguido una débil vida orgánica que le ha impedido trazar una ruta de posicionamiento como fuerza opositora en la entidad y capitalizar el descontento hacia el gobierno silvanista. Del mismo modo, ha acusado dificultades para designar a un nuevo dirigente que tenga la legitimidad y la fortaleza democrática para reconvenir a quienes no atienden a los principios de este movimiento que, sin embargo, permanece como el puntero en las preferencias electorales de cara a la carrera rumbo al 2021.
Los errores de MORENA, partido que ganó un caudal de votos significativo en Michoacán en 2018, comenzaron ya a tener un impacto en el patrimonio de los ciudadanos de la entidad, craso error en el que no se debe caer a decir del florentino ya citado; pero quizá cobren una factura en la elección que esta por venir y de no ser así, lo harán en el siguiente gobierno en el que muy probablemente un morenista tenga que estar pagando las consecuencias de este balazo en el pie que significa la nueva deuda pública.
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