La rosca de reyes, arte religioso en pan

Se trata de un pan en forma de círculo ovalado. Se trata de un pan con frutos secos por dentro y por fuera. Es un pan de fiesta con niños pequeños escondidos en torno al pan. Es una tradición centenaria, mexicana, sí, muy mexicana.

En muchos hogares se está sirviendo la rosca de reyes, pan artesanal de estos días primeros de enero. A algunos les gusta con determinados ingredientes y hay quien la prefiere simplemente con muchas frutas secas. Las familias o los grupos de amigos se reúnen en torno a la mesa y van partiendo el pedazo que les corresponde y alguien con papel y lápiz en mano va anotando los nombres de aquellos afortunados que el próximo mes deberán organizar y pagar la convivencia. Se trata de la suerte de los que encuentran al Niño Dios bañado de pan.

¿Por qué este pan en torno a la fiesta de los Reyes Magos? El relato bíblico en el que se funda esta tradición nos dice que venidos de oriente llegaron unos magos a Belén para dar sus dones y adorar al Niño Dios (Mt 2). Se trata de unos hombres que hicieron una travesía para encontrar a Jesús Niño en los brazos de su madre. En el camino afrontaron distintas adversidades: la pérdida de la estrella, el encuentro con el astuto y falso en su intensión de Herodes, y el regreso a casa por otro camino para no encontrar nuevamente a Herodes.

Preguntémonos: ¿en qué se parece este relato a nuestra rosca de pan y frutos? El pan en forma semicircular es la ruta por recorrer para llegar a Jesús, los frutos secos por fuera y por dentro son las sorpresas de múltiples sabores que un camino trae para el caminante. El Niño Jesús escondido en el pan es el objetivo a descubrir y alcanzar. Los reyes magos somos todos los que partimos un trozo de pan. Los buenos reyes cortan el pedazo justo donde mora el Niño Dios.

Así que encontrar a Cristo bebé en el pan es una alegría tan profunda y grande, que debe ser compartida con los demás, por eso la fiesta del siguiente mes. Rica y sabrosa tradición. Se trata de una página del Evangelio hecha pan.

Nuestro México es un país sumamente religioso, por eso no nos sorprende que hasta en nuestra gastronomía estén los vestigios de nuestra fe, al contrario, demos gracias a Dios de que tenemos una cultura cristiana donde la fe se canta, se bebé y se come.

Una pieza de pan es también una pieza de arte. Recientemente merodeando un conjunto de apuntes autobiográficos de la poetisa Gabriela Mistral, descubrí la siguiente afirmación sobre México: “México es una cosa desconcertante: el pueblo más artista que uno pueda imaginar”.

P. Francisco Armando Gómez Ruiz

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