Editorial Con Descartes
La popularidad del presidente de la República sin duda fue el factor primario para que candidatos a diputados y alcaldes obtuvieran el triunfo en el pasado proceso electoral. Siendo honestos, era imposible que sujetos desconocidos y sin liderazgo como Fermín Bernabé, Antonio Madriz o Teresa López ganaran una elección, o que decir de Raúl Marón o Cristóbal Arias que no son precisamente populares, del último nadie se acordaba.
Todos los mencionados fueron beneficiarios de la popularidad de López Obrador y de la marca Morena; al día de hoy siguen usufructuando ambos símbolos. Pero que pasaría si el presidente sigue cayendo en las encuestas y para el 2021 se encuentra por debajo del 50% de aceptación (ya no anda tan lejos), seguramente el nivel de competitividad de Morena y por obvias razones la de sus candidatos caería.
En este momento la gente de Cristóbal Arias, siguiendo la línea de su líder, pecan de soberbia, ya se sienten ocupando una secretaría o un organismo; los morones han hecho todo lo posible para confrontarse con el sector empresarial; Roberto Pantoja, como porro de la CNTE ha utilizado al diputado Antonio Madriz para golpear en la apertura del periodo de sesiones del Congreso al gobernador del Estado.
Hoy, los morenos andan inflados, sobrados, son menos pueblo que el pueblo, no han entendido que es tiempo de sumar, no de restar; bueno hasta Andrés Manuel entendió que debía tender puentes hacía todos lados para poder ganar (incluido el gobierno).
Habrá que ver si los morenos pueden llegar al gobierno, sin duda en este momento son los de mayor aprobación, pero siguiendo por donde van, una buena alianza de los otros partidos políticos les evitará llegar al poder, y con toda la soberbia que los invade, se quedarán con las ganas de dirigir la suerte de Michoacán.
