Por: Leovigildo González
Si algo ha sido cuestionado, es justamente la falta de congruencia de algunos integrantes de la Cuarta Transformación, es ahí, donde el debate se abre y deja a relucir lo peor de un proyecto que aún tiene una gran aceptación popular.
El caso de la Ley Garrote, no es más que la limitante de poder expresarse, un derecho humano universal, Tabasco hoy, está mostrando la peor cara de los morenistas quienes han defendido a capa y espada lo que claramente es una muestra de autoritarismo.
Más preocupante es, la respuesta del Presidente Andrés Manuel López Obrador, de que las manifestaciones que se realizan en esa entidad del país es con la finalidad de extorsión.
Sí, él tiene esos datos, evidentemente debe actuar, para evitar que «extorsionadores» sigan en las calles comentiendo un delito grave en todos los Códigos Penales del país, sin embargo, lejos de eso AMLO defendió una reforma a la Constitución de Tabasco.
Sin contrapesos, la denominada Ley Garrote, no tuvo quien la pare, en una clara violación a la libertad de expresión.
Nuevamente la congruencia es un bache en los integrantes de la 4T, quienes han mostrado en las calles, manifestándose en contra del sistema del que ahora son parte, sin embargo, en ese estado del país parece que cortarlo es la vía.
Lo que más preocupa es la falta de oposición, la cual no sólo fue vapuleada en el pasado proceso electoral, está tan desprestigiada que sus posicionamientos no encuentran eco en una sociedad que sigue resentida por los malos gobiernos de las últimas décadas.
Quien se considere democrático, no debe aprobar lo sucedido en Baja California, con la Ley Bonilla, las reglas del juego eran claras desde el inicio del proceso electoral, competían por un periodo de 2 años.
Nuevamente falló la oposición, las siglas de Acción Nacional y PRI, fueron los principales aliados para violar la Ley frente a todos, respaldando un atraco ante los ojos de todos.
Ni el PAN ni el PRI, fueron congruentes, pudieron frenar las intenciones del gobernador electo, pero lejos de eso, aprobaron una de las ‘marranadas’ peor vistas del país en lo que va de la 4T.
Es más, ni morenistas están de acuerdo con lo que a los ojos de todos, es una jugada llena de cochinero que deja muy claro los niveles de corrupción que hay en este país y que no se terminaron luego de que AMLO llegara al poder.
Lo más preocupante, es que el Presidente que se autoproclama demócrata, no ha rechazado lo efectuado por su fiel seguidor Bonilla.