Por: Leovigildo González
Al confirmar Silvano Aureoles sobre la muerte de Germán Ortega y Martín Godoy, cimbró a toda la administración estatal, el titular del Seguro Popular en Michoacán había hecho grandes amigos en estos cuatro años de Gobierno.
Conocí a Ortega hace un par de años, era subsecretario de salud, joven, pero muy propio, correcto y sobretodo con una cualidad que lo caracterizaba, amable.
Muchos afirmaban, que siempre había sido amigo de Silvano Aureoles, que era él su médico de cabecera, que conocía al mandatario desde hace varios años y que se había ganado su confianza desde antes de que estuviera en la administración pública en puestos de primer nivel.
Quiénes lo conocieron de cerca, se consternaron, además de ser un excelente funcionario, también para muchos, era un gran amigo.
Mi timeline, se llenó de lamentaciones sobre su muerte, el joven, preparaba una afiliación y reafiliación este domingo en la ciclovía, en donde aprovechó para invitar a sus seguidores a hacer ejercicio en beneficio de su salud.
Con uso cotidiano de sus redes sociales informaba sobre las acciones de la dependencia a su cargo.
Hoy, salió en la misma aereonave que el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Martín Godoy, iban a poner en marcha un programa de salud para policías, el helicóptero se desplomó.
Ortega se ganó un cariño muy poco común en la administración pública, en donde prevalecen las grillas, los chismes y la mala vibra, algo que en él al menos en la percepción, no era parte de eso.