Por: Arturo Alejandro Bribiesca Gil
A mi madre, la chica, por su reciente cumpleaños.
El Latinobarómetro es un estudio producido desde 1995 por la Corporación Latinobarómetro, una ONG sin fines de lucro con sede en Santiago de Chile, que arroja principalmente estadísticas sobre la democracia y la situación económica de la población de Latinoamérica, que para efectos del estudio son actualmente los 650 millones de habitantes de 18 países de dicha región.
La edición 2018 del Latinorabómetro, que es la más reciente, nos confirma el desencanto de Latinoamérica con la democracia, por falta de resultados económicos principalmente, lo que me parece no es un tema regional sino mundial; ahora bien, el presente texto no sigue esa ruta, exclusivamente va enfocado a socializar algunos datos sobre el uso de las redes sociales en nuestro país, al tenor de lo siguiente:
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Las redes sociales que el muestreo contempla son: Facebook, Snapchat Youtube, Twitter, Whatsapp Instagram, Tumblr y LinkedIn;
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El 70% de la población adulta de México usa al menos una red social. La media latinoamericana es del 72%;
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Whatsapp es la red social más usada en nuestro país, con un porcentaje del 60% de la población adulta. La media de la región es del 64%;
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La segunda red social de mayor uso en México lo es Facebook con el 58%. En Latinoamérica el promedio es del 60%;
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El tercer lugar lo ocupa en nuestro país Youtube con el 39%, por encima de la media de la región que es solo del 36%.
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Adicionalmente, es de destacar que el país con mayor uso de redes sociales en Latinoamérica lo es Costa Rica, en donde el 88% de su población adulta hace uso de al menos una red social, seguido de Chile y Uruguay con el 83%.
Antes de continuar, debemos destacar la importancia de las redes sociales y entender que no son, o no siempre, un simple hobby, ya que estas permiten que la ciudadanía ejerza su libertad de expresión con toda amplitud; son el acceso de voces políticas y actores sociales que de otra manera les sería casi imposible hacerse visibles; y a la vez hacen notar problemas que no están presentes en la agenda pública. Todo esto, eleva el nivel de democracia en una sociedad, lo que buena falta le hace a nuestra nación, sobre todo en los tiempos que vivimos, en los cuales el desencanto democrático se puede transformar en un quiebre de consecuencias funestas.
Retomando, como se advierte, en general nuestros porcentajes no distan mucho del promedio de la región, pero estamos lejos de cifras como las de Costa Rica, Chile y Uruguay, países de gran consolidación democrática, y hasta económica, a los cuales deberíamos voltear a ver con ojo clínico, para observar que han hecho que nosotros no, o que dejaron de hacer que nosotros seguimos haciendo.
Ojo, lo anterior, sin perder de vista que las importaciones de ideas, leyes, proyectos o estructuras, deben de hacerse con sumo cuidado y siempre aceptando las diferencias entre el lugar de éxito y el lugar en el que se pretende replicar; porque lo que es bueno para A, no por fuerza le sirve a B. Dicho en palabras del Doctor Nohlen: “El contexto hace la diferencia”.
Otrosí: Ayer, 18 de julio de 2019, además de ser el Día Internacional de Nelson Mandela, se cumplió el primer aniversario luctuoso de mi tío Vicente Gil, cronista de mi matria –Tacámbaro– hasta su muerte.