Por: Efraín Carranza Chávez/ En El Pódium
Mexicanos al grito de guerra, y no, no será una guerra con armas de fuego, sino con ataques discursivos, así será con lo que cada vez se avecina más, el proceso electoral estadounidense del 2020, mismo que a poco menos de año y medio de que se celebre la elección presidencial, ha iniciado ya.
Evidentemente, el sistema electoral estadounidense es diferente al nuestro, en el que los mexicanos tenemos la oportunidad de elegir a través del sufragio, de forma directa a quien queremos que lleve las riendas del ejecutivo federal; por su parte, en el país del norte, los ciudadanos votan para designar a los miembros del colegio electoral, quienes serán los encargados de elegir al próximo Presidente.
Desde hace algunos meses, varios personajes han manifestado sus intenciones de ser postulados como candidatos a la presidencia, por alguno de los partidos políticos; durante el segundo semestre de este años, podremos ver los preparativos internos de cada partido, incluyendo debates, rumbo a las elecciones primarias y asambleas que se llevarán entre enero y junio de 2020, lo que los llevará a las convenciones nacionales en las que elegirán a sus candidatos. Así, durante septiembre y octubre se llevarán a cabo los debates presidenciales, y se llegará a la elección el día 3 de noviembre; en diciembre, los miembros del Colegio Electoral depositarán sus votos, mismos que serán contados por el Colegio a principios de enero del año calendario siguiente para obtener los resultados, mismos que los llevarán a la inauguración presidencial el 20 de enero de 2021.
El colegio electoral se conforma por 538 miembros, elegidos por los partidos políticos; cada uno de los miembros tiene derecho a un voto, y la suma de todos ellos determina la mayoría del voto electoral, mismo que dará el triunfo a uno de los candidatos.
Al señalar que el voto de los ciudadanos no irá directamente a la elección de quién habrá de convertirse en Presidente, puede causar cierta confusión, por lo que es importante señalar que aún de forma indirecta, la decisión que estos emiten será crucial, pues al votar por su candidato favorito el día de las elecciones, estarán eligiendo a los electores del candidato que obtenga mayoría de votos a nivel estatal, ello implica que los miembros del Colegio Electoral del partido político del candidato ganador serán quienes emitan su voto para elegir al próximo Presidente.
Los dos principales partidos políticos estadounidenses, ya tienen aspirantes rumbo a la candidatura, y por supuesto, rumbo a la presidencia.
Por parte de los republicanos, como todos lo esperábamos, nunca fue secreto, el Presidente Donald Trump será quien compita, en la búsqueda de la reelección, mientras que del lado demócrata, al parecer son poco más de una veintena, entre quienes destacan: Joe Biden, quien fuera vicepresidente durante el gobierno de Obama; Bernie Sanders, Senador por Vermont, y quien disputara la candidatura demócrata con Hillary en las pasadas elecciones; Kamala Harris, Senadora por California y ex fiscal general de ese Estado y Elizabeth Warren, Senadora por Massachusetts. Con la ola de cambios de gobierno que han dejado como resultado la elección de jóvenes, es importante destacar la aspiración de Pete Buttigieg, un político y militar retirado, quien cuenta con 37 años de edad.
Y, ¿Por qué mexicanos al grito de guerra?…
No es alarma, no se trata de gravedad, sino de estar conscientes de lo que se avecina, de la forma de hacer política del Presidente estadounidense, con un tinte populista.
El día martes 18 de junio, desde Orlando Florida, el magnate estadounidense anunció su campaña, en un momento en el que su aprobación se encuentra en 42.5%, lo que sonaría adverso, no obstante, en anteriores ejercicios, quienes han buscado la reelección y la han logrado, se encontraban por debajo de ese nivel de aprobación.
En su discurso, el Presidente Trump, habló ya no de regresar la grandeza a américa, como rezaba su slogan en la pasada elección, ahora señala que debe mantenerse esa grandeza, misma que asegura ha logrado conquistar.
Como lo fue en su primera campaña, y lo ha sido en el ejercicio de su gobierno, Trump enfocará nuevamente gran parte de sus discurso a atacar a nuestro país, México le servirá nuevamente como bandera para su campaña, en lo referente a la inmigración, principalmente, y sí, volvió ya a advertir que se construirá el muro a costa de nuestra Nación.
El nacionalismo con un tinte extremista, es sin duda la herramienta que el mandatario estadounidense promueve, logrando conseguir adeptos como en el pasado, atacando, o prometiendo atacar a ese enemigo que ya ha creado, basado en estereotipos y prejuicios.
El gobierno de México, por su parte, no debe prestarse a ser utilizado con fines políticos, a ser partícipe de esa guerra sucia que se reviva y al parecer, con más fuerza.
No se deberá caer en un juego de dimes y diretes, no se deberá contestar a cada declaración en particular, no debemos engancharnos, debe haber conciencia del fondo del asunto, pero sí ser enfáticos en que como ellos, México también defenderá su soberanía, y que no habrá nada por encima de los intereses de la nación, pero con diplomacia, y esperar, entonces sí, a llegar a acuerdos dignos con quien en su momento obtenga el triunfo, que en estos tiempos, podríamos hablar de una efectiva reelección…
Los demócratas tienen una tarea fundamental que deberán consumar a la voz de ya, trabajar en estrategias que efectivamente los vuelvan competitivos, entrar al terreno de la acción en el campo, en los Estados, iniciando por mantener los que les han dado la victoria, pero lanzarse a conquistar a los electores de los Estados en los que han tenido resultados adversos.
El populismo, le ha funcionado a Donald Trump, su discurso le fue efectivo, por lo que no deberán centrarse en este, porque lo fortalecerán; los adversarios del Presidente deben redoblar esfuerzos, porque incluso la agenda, está conquistada por éste, es él quien la marca, y curiosamente, desde redes sociales, a través de Twitter principalmente.
Cada nación busca su progreso, lograr esa grandeza, y el pueblo estadounidense hará lo propio. Esa decisión que tomen, repercutirá en México, por lo cual estamos atentos.
No, los mexicanos no queremos guerras, queremos fortalecer esa relación bilateral con el vecino país del norte, cada uno defender sus propios intereses, pero debe haber acuerdos que beneficien a ambos, con dignidad y respeto a los ciudadanos de ambas naciones.
Efraín Carranza Chávez
Licenciado en Derecho
Profesor Universitario
Vocal de Enlace con Organismos Políticos Red Jóvenes Políticos de las Américas, Michoacán.
Integrante del Primer Parlamento Juvenil del Estado de Michoacán
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