Por: Efraín Carranza Chávez/ En el Pódium
Ocasionalmente, como seres humanos nos preocupamos por la protección y cuidado del medio ambiente, ese en el cual nos desarrollamos, del cual nos hemos aprovechado desde el inicio de la humanidad, y lo seguimos haciendo día a día para satisfacer nuestras necesidades, y no sólo eso, puesto que ahora hasta para cumplir nuestros caprichos.
Esa preocupación que demostramos momentáneamente y en cortos períodos, nace del remordimiento, ante nuestro comportamiento y lamentablemente, como una moda que se desata tras la información en los medios de comunicación, quienes nos advierten de los sucesos que ponen en riesgo la vida del planeta, y de la poca participación de la sociedad en la reconstrucción, en el cuidado y protección de la tierra; destacando que existen movimientos, organizaciones y en lo individual, personas que aportan su granito de arena en el combate a los daños ambientales, en la búsqueda de lograr una mejora ambiental, algunos motivados realmente por la causa, otros, en búsqueda de algún tipo de reconocimiento o estímulo (tal es el caso de muchas empresas).
El tema de la contaminación ambiental, nos está rebasando, cada vez tenemos menos tiempo para simulaciones, para únicamente verlo como algo que pudiera afectarnos con efectos de gran magnitud, puesto que es inminente el daño que de por sí ya se percibe, y que si no buscamos frenarlo con acciones tangibles y efectivas, verdaderamente será letal.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (SINAICA), Michoacán se encuentra en la lista de los 11 Estados de la República que rebasan los niveles del índice de calidad del aire.
Sumado a la cantidad de basura que a diario producimos, al elevado uso de plástico, al uso de diferentes productos contaminantes, al daño que causamos con el uso desmedido y desperdiciado del agua potable, así como contaminación de ríos, lagos y demás cuerpos de agua (entre otras), hoy en día los incendios forestales que han ido a la alza en todo el país, afectan de forma grave a nuestra Entidad, provocando una deforestación que conlleva a variaciones en el clima, a pérdida de biodiversidad y a una mala calidad del aire, que sin duda, trae consecuencias para la salud.
Los incendios forestales, en el Estado, han sido objeto de cuestionamientos diversos, desde acusaciones contra empresarios, políticos y productores, en cuyos casos se ha llegado a señalar, han sido provocados con la finalidad del cambio de uso de tierra, para poder plantar aguacate. Cierto o no, ello no nos exime de responsabilidades, y la afectación, las vivimos.
Con respecto a lo señalado, es importante hacer mención de la crisis que se vive en cuanto al apoyo económico para el combate a los incendios, puesto que de acuerdo con el Presupuesto de egresos de la Federación, del presente año, lo correspondiente a la Comisión Nacional Forestal asciende a la cantidad de 2 mil 765 millones 227 mil 33 pesos, es decir, 229 millones 166 mil 225 pesos menos que el año pasado.
Si bien es cierto que la disminución del presupuesto en materia de combate a los incendios afecta de forma directa y gravemente, también es cierto que estamos hablando de dar solución una vez que se ha causado el problema, y coincido en que se debe exigir un aumento en los recursos, pero de mayor relevancia, es que trabajemos en la prevención, y ello nos corresponde a todos los ciudadanos, y a los no ciudadanos también.
Hoy, al igual que ayer, y sin poder esperar a mañana, urgen acciones que demuestren el compromiso de los seres humanos con el planeta, y en específico, nos corresponde trabajar por un medio ambiente sano.
Una educación ambiental que se inicié desde el hogar, y sea reforzada en las escuelas, instituciones públicas y privadas, es sin duda un pilar fundamental para avanzar en el combate a la problemática que nos aqueja, sin embargo, no debemos permitir que quede únicamente en documentos, en ideas, en nuestra cabeza. Debemos pasar a la acción real, con acciones que aunque parezcan pequeñas, sin duda aportarán a la solución.
El tema del medio ambiente, debe ser tomado con la seriedad que la problemática representa, basta de “subirnos al tren”, de tomar este tema como moda, únicamente en determinados momentos.
Insisto, como en cada una de mis participaciones en este medio, tenemos obligaciones como ciudadanos, y debemos cumplirlas, pero hoy voy más allá, como seres humanos, tenemos derechos, entre ellos, está el gozar de un medio ambiente sano, y para ello, es nuestra obligación el cuidarlo, protegerlo y preservarlo en buen estado, no sólo para nosotros, sino para futuras generaciones.
Efraín Carranza Chávez
Licenciado en Derecho
Profesor Universitario
Vocal de Enlace con Organismos Políticos Red Jóvenes Políticos de las Américas, Michoacán.
Integrante del Primer Parlamento Juvenil del Estado de Michoacán
Twitter: @EfrainCarranzaC
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