Yes we can

Por: Arturo Alejandro Bribiesca Gil

A las grandiosas minorías.

Recientemente termine de leer el libro Cómo mueren las democracias, escrito por los profesores de Harvard, Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, el cual nace de la preocupación de dichos académicos ante el oscuro panorama de la democracia en su país, consecuencia del arribo al poder de The Donald.

Muchos creemos -o creíamos- que la democracia norteamericana es rock solid, sin embargo, como en el libro se puede apreciar, Trump está sometiéndola a la prueba del ácido. En 2020 llegan los resultados de dicha prueba; mientras a esperar y ver como evoluciona el paciente.

Sé que una golondrina no hace verano, pero lo que paso el martes pasado en Chicago, me hace creer que la democracia –vigente- más antigua del mundo, solo agarró un fuerte resfriado, muy fuerte, y en breve -2020- retomará su rumbo DEMÓCRATico; percepción que también se advierte en razón de la docena o más de aspirantes del Partido Demócrata que han anunciado sus intenciones presidenciales (Sanders, O’Rourke, Castro, Booker, Kamala et al.).

Bueno, ¿y que paso el martes 2 de abril en chicago? Pues nada más que una talentosa mujer afroamericana, abogada, demócrata y lesbiana, de nombre Lori Elaine Lightfoot, fue electa como alcaldesa de dicha ciudad, la tercera en tamaño de los Estados Unidos, con casi 3 millones de habitantes, pero que conforma una área metropolitana de cerca de la decena de millones. In your face Donald.

Lori, de 56 años, no es ninguna improvisada, fue fiscal auxiliar para el Distrito Norte de Illinois (1996-2002); administradora jefe de la Oficina de Normas Profesionales del Departamento de Policía de Chicago (2002-04); jefa de personal y asesora general de la Oficina de Comunicaciones y Gestión de Emergencias de Chicago (2004-2005); primera oficial adjunta de adquisiciones en el Departamento de Servicios de Adquisiciones de Chicago (2005); copresidenta del Grupo de Trabajo de Responsabilidad de la Policía de Chicago (2016); y presidenta de la Junta de Policía de Chicago (2015-18). Impresionanti -dice el nuevo clásico-.

Desde hace más de una década, Lori está casada con Amy Eshleman; juntas adoptaron a Vivian, su hija que actualmente tiene 11 años, lo cual es plenamente público, lo que me indica que la mayoría de la gente de Chicago, no tienen ningún empacho en que una mujer, negra, casada con otra mujer –blanca-, que adopto a una menor, les gobierne, porque lo que importa, principalmente, es su capacidad, trayectoria y programa. ¡Guau, que envidia!

En México un escenario así es poco probable, sin duda miembros de minorías han llegado a ejercer cargos importantes de elección popular, pero representando solamente a un grupo minoritario. Ahora, en las circunstancias actuales de nuestro país, ¿qué tan factible es que una mujer indígena, abiertamente lesbiana, pueda acceder a gobernar un estado o ciudad importante?

Amables 5 lectores, si creen que la respuesta es: muy factible, o que ya haya un caso que yo desconozca; por favor háganmelo saber y tápenme la boca, me dará muchísimo gusto.

“Podemos y debemos hacerlo mejor”, fue uno de los eslóganes de campaña de Lori, que bien nos vendría a todos tomarlo como filosofía de vida. Y como diría Obama: Yes we can.

En fin, desconozco que imagen vaya a acompañar mi artículo, esa es decisión del medio; muy difícilmente será la de Lori y Amy celebrando el triunfo ante sus seguidores con un gran beso, no se vaya a ofender cierto público; por ello, por favor los invito a googlearla, es genial.

Otrosí: No perdamos de vista a otra talentosa mujer afroamericana, abogada y demócrata: Michelle Obama, por cierto, oriunda de Chicago.

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