Sandra Arias/ Te Presto mi Voz
No cabe duda que por cada bien hay un mal, o al revés. Lo importante aquí es cómo vemos las cosas. Aquellos que abogamos por los animales siempre tenemos dos caminos: detenernos a discutir o avanzar aprendiendo de los errores y a veces esos errores incluyen haber confiado.
No considero que creer en las palabras de alguien sea una equivocación, en dado caso el error es confiar dos veces. Hablo específicamente del gobierno de Zinapécuaro, que, según una denuncia por parte de la agrupación de rescate animal «Huellitas» de este municipio, arroja las acciones que con irresponsabilidad y alevosía realizó dicho alcaldía.
Es hoy, es ahora, cuando debemos elegir: Nos detenemos a pedir cuentas las cuales sabemos que no llegarán o redoblamos fuerzas. Las personas aún no lo creen, pero a los que defendemos la vida nos salen seis cabezas por cada una que nos cortan.
Desafortunadamente creo que Zinapécuaro no dará razón de sus cobardes acciones, pero quiero invitar a los involucrados totalmente en el caso que no desgasten su energía en pelear contra muro, sino que agudicen su visión y sus oídos y aprendan de lo sucedido.
Y esto no sólo es para Zinapécuaro, sino para todos los que en un momento hemos sido irresponsables con la vida. Quizá te ríes de la buena voluntad de las personas, quizá te sientes muy fregón tú, que abusas de la esperanza, pero ¿qué crees? Sólo tenías una oportunidad.
Que este suceso sea un ejemplo más para fortalecer el camino. Hay que decidir hacer la parta que nos corresponde. No podemos entrar al corazón de las personas y cambiárselos para que tengan compasión y empatía pero sí podemos nosotros tenerla. Giremos nuestra visión y veamos la maldad como un escalón para el perfeccionamiento del bien.
Creo que el dolor jamás acabará y cuando pienso en las.consecuencias mi corazón se desanima y estropea y esque creo que ese es el error, no tenemos una visión a largo plazo, sino a corto, y la desilusión nos embarga cada que sucede algo así, pero la realidad es que no será la última.
Los que defendemos la.vida animal ¿hasta dónde y en cuánto tiempo visualizamos nuestra meta? En lo personal sé y estoy consciente de que no será breve, mi camino no es para un año o dos, requiero paciencia, paciencia y esperanza, ilusión…
Mi corazón no desangra ni desagrará, mis ojos tienen claramente visualizada la meta y parte de ella es fortalecerte a ti que también luchas por la.vida animal. No estás solo, sola, no eres el único, somos muchos. No te desanimes que haces un buen trabajo. Siempre habrá un alguien que se crea más astuto que tú y que quizá sí lo sea, pero recuerda: seis cabezas por cada una que te cortan.