Por: Arturo Alejandro Bribiesca Gil
¿Discriminar es pecado?
Hoy, primero de marzo, es el Día de la Cero Discriminación. Este día conmemorativo internacional, fue así declarado en diciembre de 2013 por la Organización de las Naciones Unidas, auspiciado por ONUSIDA, el cual es el programa conjunto de la ONU destinado a coordinar las actividades de sus distintos organismos especializados en su lucha contra el sida.
A pesar de la lucha focalizada de ONUSIDA, la conmemoración está dedicada a la no discriminación en general; lo que es que: toda persona debe recibir un trato digno, justo y equitativo, independientemente de su género, identidad de género, raza, edad, discapacidad, origen étnico, orientación sexual, religión, lengua, condición médica o cualquier otro motivo.
Y bueno, aprovecho esta conmemoración internacional para hablar de un tema en boga en las últimas semanas en nuestro país, el de la nominación al Oscar como Mejor Actriz de Yalitza Aparicio, por su papel en la laureada “Roma”, del eminente cineasta Alfonso Cuarón (Hombre de ingenio y superior talento).
Paréntesis: Los directores de cine mexicanos –que no mexicano- se están convirtiendo en una “mafia del poder” en la industria Hollywoodense. 5 de 6 y contando… Enormes los tres compadres: Del Toro, González Iñarritu y Cuarón. Cierro paréntesis.
Retomando. La nominación de Yalitza levantó pasiones patrióticas en su favor, así como comentarios y críticas racistas en su contra, por su origen étnico. Antes que otra cosa, mi total rechazo a toda demostración de discriminación en contra de la profesora oaxaqueña devenida en exitosa actriz internacional; quien espero logre superar la prueba de fuego que será un nuevo papel fuera de su zona de confort, lo que sin duda le permitirá acallar muchas bocas, principalmente del mundo del espectáculo mexicano.
Ahora bien, el punto que pretendo destacar en este día y con este artículo, es el de otro tipo de discriminación, de uso frecuente y no sólo no criticada, sino hasta aplaudida: la discriminación positiva.
Me explico: Sin duda, fue más que merecida la nominación de Yalitza, pero me quede con la impresión de que el grueso de los mexicanos quería que ganara el Oscar por sus orígenes indígenas y humildes, y no por su excelente interpretación. Visiones así, además de parciales, en nada abonan en la construcción de la cancha de piso parejo a la que se aspira en aras de igualdad, justicia y equidad para todos. Obvio que ser indígena es motivo de orgullo, pero así como ello no te hace menos, tampoco te hace más.
Lo anterior me recordó algo que leí años atrás, sobre una política de ciertas universidades de los Estados Unidos de Norteamérica, que con el fin de acrecentar su matrícula de grupos minoritarios, por default les daban a miembros de esos grupos, cierta cantidad de puntos en su examen de admisión; así que, en caso de empate entre un blanco y un miembro de algún grupo minoritario, este, por esos puntos extras, lo superaba. Si bien el fin de dicha política nace de sentimientos nobles y puede parecer adecuado y benévolo, para resarcir afrentas pasadas, también debemos de notar que la misma encierra una visión de discriminación, ya que parte de la premisa de que los beneficiados no son lo suficientemente buenos y necesitan un empujón.
En fin, creo que tanto en el caso de Yalitza, como en el de las universidades gringas, estamos ante actos de discriminación, positiva ciertamente, pero discriminación al fin.
¡No a la discriminación! De ningún tipo -por bondadoso que parezca-.
Otrosí: Mi sincera y afectuosa felicitación al Magistrado Héctor Octavio Morales Juárez, por su designación como Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado. Éxito.