En el Pódium. Por: Efraín Carranza Chávez
La creación o modificación de la ley, así como la administración pública, conllevan a dar solución al cúmulo de necesidades que aquejan a la sociedad, por ello, y para dar cabal cumplimiento a esa encomienda, la profesionalización del servicio público, es fundamental.
Si bien es cierto que todo ciudadano tiene derecho a dedicarse a la actividad laboral que le agrade y convenga, lo es también, que la sociedad, tiene derecho a contar con servidores públicos capacitados, que se desempeñen con eficacia y eficiencia en el desarrollo de sus actividades al servicio de todos los ciudadanos.
Recientemente, se han dado a conocer algunos casos, en los que resalta la incompetencia de funcionarios públicos, el no cubrir con el perfil requerido en el área o puesto para el que fueron designados; sin embargo, esta situación no es propia de la actualidad que vivimos, pues ha estado vigente desde siempre, en la administración pública.
Los famosos “amiguismos”, “compadrazgos”, los favores y deudas políticas, han sido factor detonante de la problemática señalada, puesto que sin importar si se cubre o no el perfil, si se está o no preparado para desempeñar determinada actividad, se otorgan nombramientos, que infortunadamente, en vez de abonar a la mejora de la administración pública, la entorpecen.
No basta, con la buena voluntad, no es suficiente, pero sí necesaria, la pasión por el servicio público, pero siempre, acompañada de la preparación académica que nos permita conocer el marco legal, administrativo, contextual y lo práctico, para lograr un buen desempeño que beneficie a los ciudadanos.
Es obligación de cada gobierno, en sus tres niveles, brindar el mejor servicio, siempre en beneficio de la sociedad, por lo que al momento de designar funcionarios, debe analizar y revisar puntualmente los requerimientos de cada cargo y los perfiles de quienes aspiren o propongan para el desempeño del mismo, prevaleciendo siempre la ética.
No puedo evitar, hacer mención de la experiencia, que sin duda, es importante y se debe analizar, pero, no debe ser el factor primordial, y ello, lo afirmo al constatar que hay quienes cuentan con el perfil académico, recién egresados, y pueden, claro que pueden, tienen la capacidad y preparación para ser tomados en cuenta, e integrarse a la administración pública.
Ciertamente, comparto la opinión de nuestro Presidente de la República, la honestidad, es fundamental para el ejercicio de la función pública, por ello, y recordando algo que leí en redes sociales, haré uso de la paráfrasis: el primer acto de corrupción de un servidor público, es aceptar un cargo para el que no está capacitado, para el que no cumple el perfil.
Efraín Carranza Chávez
Licenciado en Derecho
Profesor Universitario
Vocal de Enlace con Organismos Políticos Red Jóvenes Políticos de las Américas, Michoacán.
Integrante del Primer Parlamento Juvenil del Estado de Michoacán
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