Por: Teresa Da Cunha Lopes
Por un lado, la igualdad entre hombres y mujeres por lo que respecta a las oportunidades del mercado laboral, igualdad de trato en el trabajo y fomento de un elevado nivel de participación política está constitucionalizado.
Según nuestra Constitución, México, en todas sus acciones, se propone eliminar las desigualdades entre el hombre y la mujer y promover su igualdad. La igualdad de género está en el núcleo de todas las declaraciones políticas y su implementación es obligatoria para todas las autoridades de cualquier nivel.
Pero, la realidad en el cotidiano es otra. La realidad en los contextos universitarios y sindicales bien diversa.
Dada la amplitud de la brecha de género en las tasas de participación de las mujeres y los hombres con responsabilidades en los órganos decisorios y estructuras de gobierno, reducir esa brecha es fundamental para que se cumpla el objetivo constitucional en cuanto a la plena implementación del ejercicio efectivo de los derechos fundamentales. Esa brecha también es crucial para lograr una mayor igualdad de género.
Pero, este no es el único problema que aqueja al sindicalismo universitario.
citando (sin citar) a Hyman, los retos de futuro para nuestros sindicatos universitarios pasan por explorar los dilemas estratégicos que hoy se presentan a los trabajadores y docentes universitarios en términos de orientación de la acción colectiva, no en base al “método “de la reacción visceral y/o de oportunidad a acciones puntuales, sino en la preocupación de la construcción de relaciones laborales que contengan el impacto de su asimetría.
La orientación de las estrategias sindicales tiene que estar, entonces, condicionada por los distintos entornos institucionales de los sistemas de relaciones laborales existentes al interior de cada universidad autónoma, respetando su diversidad institucional y cultural., pero enmarcada en prioridades nacionales compartidas, respaldada en los principios generales del ejercicio de los derechos fundamentales.
En consecuencia, constituye un reto importante la urgente necesidad de modernización del sindicalismo, universitario, ampliar la afiliación sindical en las IES y sobre la base de los nuevos colectivos emergentes, como son las mujeres profesionistas, los jóvenes investigadores, los profesores de asignatura.
Y, porque no hablar del derecho de asociación de los estudiantes en sus propios sindicatos, rebasando el caciquismo grillero de “asociaciones estudiantiles “efímeras.