Por: Leovigildo González
No me sorprende ver gente que ante un hueco en la fila para llegar a la bomba de gasolina se meta y que incluso se sienta satisfecha por la acción que realizó.
En estos días de escasez de combustible en Michoacán, el «mexicano gandalla» es la imagen que hemos observado, desde el que vende gasolina al doble de su costo hasta quienes simplemente se meten a las filas.
Aunque no está en la Ley algo que lo prohíba, hay acciones que son por equidad y justicia, que violan las normas sociales.
Según el diccionario de la Real Academia Española «Gandalla» significa, que es abusivo y tiene malas intenciones, la crisis ha sacado ese lado del mexicano que pocos queremos, aunque hay que afirmar que son los menos.
A Sala de Prensa llegó una denuncia de que empleados de una gasolinera en cercanías de la Autopista de Occidente, vendían combustible por encima de su precio el cual habían guardado en bidones, hubo personas que pagaron lo que pedían ante la escasez.
Otro caso fue que para dar espacios en las filas de las gasolineras se cobraban 50 o 100 pesos por encima del precio de la gasolina, muchos pagaron.
La situación también ha colapsado el servicio público, las combis y los taxis en su 50 por ciento están varados.
A pesar, de eso hay muchísimas muestras de empatía en las redes sociales, personas ejemplo que han buscado soluciones ante la crisis.