Por: Horacio Erik Avilés Martínez
Después de varios años en campaña, un cuatrimestre como presidente electo y doce días como Presidente de la República, el Lic. Andrés Manuel López Obrador cumplió lo prometido: impulsar una reforma a la normatividad vigente en materia educativa en la nación. Resulta natural que, después de la inconformidad y polémica reciente, se promoviese una serie de medidas que compensen las inequidades que se generaron en la implementación de la reforma educativa del sexenio pasado.
En la Iniciativa del Ejecutivo federal, con proyecto de decreto, por el que se reforman los artículos 3° 31 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos destaca el reforzamiento de que se vuelve obligatorio el deporte escolar, un rubro que ha permanecido soslayado y olvidado durante toda la historia de la nación. Recientemente, incluso se fusionaron la Olimpiada Nacional y los Juegos Escolares con tal de ahorrar dinero en promover el empoderamiento deportivo de los niños y jóvenes mexicanos, medida que seguramente visibilizará sus efectos nocivos en muy poco tiempo.
En la iniciativa de AMLO resulta favorable que el enfoque reforzado a la inclusión y la equidad se den de manera tan reiterada y que por fin aparezcan los niños, niñas y jóvenes y se reconozca su derecho a aprender como el interés supremo de toda medida educativa, aunque el reto principal será la implementación de la política educativa en la nación, ya que para lograr que esta modificación constitucional surta efectos en las aulas se debe aún recorrer un proceso largo que va a implicar mucho diálogo, encuentros y desencuentros, por lo que no hay que caer en el error de asumir que un cambio en la normatividad implica un cambio inmediato en la realidad. Especialmente, será interesante conocer si se logrará implementar en el sistema educativo nacional la práctica del deporte escolar con pleno reconocimiento de la diversidad y lo intercultural, con énfasis en impulsar el empoderamiento de las comunidades indígenas, conformando un modelo educativo integral e inclusivo.
En los gobiernos estatales y municipales será también de dar seguimiento si habrá interlocución, negociación y consenso que les dote de capacidades para responder en lo educativo desde el contexto local y si habrá empoderamiento normativo con asignación de recursos para las entidades federativas y municipios, para que florezca el deporte escolar como proyecto social endógeno con pleno reconocimiento de la necesidad de ampliar espacios y mecanismos para una participación amplia: docentes, familias, niños, niñas y jóvenes, organizaciones sociales, autoridades locales, académicos, medios de comunicación y la sociedad en general. Estaremos muy atentos.
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