Por: Sandra Arias
Todos queremos una mascota en casa, algún animalito que pueda acompañar a nuestros hijos en la infancia, que crezca con ellos y que sea su mejor, pero una cosa es querer y otra, es poder.
Nana no existe
Normalmente nuestro perro ideal es aquel que corra con nosotros libremente por el bosque, que cuando le digamos «arrulla al niño» éste sin reparo se acerque a la cuna y comience a realizar su trabajo, tipo Nana, la perra de Peter Pan. Sin embargo, es muy poco común que esto suceda por naturaleza del perro sin necesidad de contratar un especialista. Así que como primer punto, es necesario poner los pies en la tierra e imaginarnos a un perro promedio: juguetón, que rompa calcetines, que llore por las noches y si es cachorro, lastime hasta sangrarnos con sus dientitos super filosos.
Es mejor, amigas y amigos, tener una expectativa realista a una expectativa alta, así *,* al momento de adoptar o comprar un perro sin duda nos llevaremos la grata sorpresa de que nuestro amigo supera lo que imaginamos.
Lo que más puede dañar a un perro es la proyección irreal que despositamos en ellos, es decir, su idealización. Ellos son como los niños: no sabemos cómo serán, cuáles serán sus gustos y su temperamento. Aún viniendo de un criadero puede que sea la oveja negra del grupo. Y *él* no tiene la culpa de existir, simplemente es, como lo somos cualquier ser vivo. Entonces, punto uno, no idealicemos a nuestro próximo integrante.
Salud, dinero y amor.
¿Tengo tiempo, paciencia, dinero y energía para tener un perro? Es la primera pregunta que nos deberíamos hacer antes de adquirir un can.
Es correcto cuando se menciona que un perro no requiere mucho para ser feliz, y es correcto si pensamos que no necesita una cuna de oro o un penthouse, pero no es correcto si pensamos que requiere el menor tiempo de nosotros o cualquier tipo de alimento para vivir bien.
¿Quién le enseñará las reglas de la casa, a ir al baño en un sólo lugar? ¿Quién jugará con el y paseará? ¿Quién se dará el tiempo de acariciarlo? ¿Quién pagará las cuentas de sus enfermedades, o de inicio, sus vacunas? Estas preguntas no es para asustarles y mucho menos, pero sí para cuestionarles la decisión responsable de adquirir un ser vivo ¡Y más si tienes otros niños en casa!
Para evitar la mala conducta en perros se requiere cubrir por lo menos estos aspectos: Alimentación adecuada, refugio, atención y compañía continua (no cuenta que los vea a través de un vidrio), paseo, juego y actividad mental. Si puedes satisfacer estas necesidades ya estás a un paso de estar en el otro lado.
Adopción asertiva.
Ya que respondiste sí a todas las preguntas anteriores, es momento de elegir al próximo integrante de tu familia, ¡qué emoción!
Cachorro.
Amigas y amigos, un cachorro va a pasar por todas las etapas de crecimiento, mordera, destruirá, será adolescente, orinará toda tu casa, creerá que los regaños son juegos y requiere de un guía que le enseñe las reglas de casa. Si tienes tiempo, paciencia y energía ¡un cachorro es muy buena opción! Si no es así, lo mejor es que leas el siguiente apartado.
Adolescente
La adolescencia de un perro es entre los 6 y 18 meses de edad aproximadamente. ¿Qué podemos esperar? Que parezca que no hace caso, «olvide» indicaciones y continúe descubriendo el mundo con juego y diversión. Si tienes paciencia para tener un adolescente en casa, ésta es tu opción.
Adulto
A la edad de dos años años un perro ya es adulto, habrá pasado las etapas anteriores y su madurez en cuanto al aprendizaje de su entorno es más consistente. Continuará teniendo energía aunque menos que en las etapas anteriores, recuerda que en los perros no se puede generalizar, habrá adultos con la misma energía que de cachorros.
Senior
Arriba de 7 años puede considerarse a un perrito como senior, su nivel de energía disminuye considerablemente y ya ha pasado todas las etapas anteriores. Si no tienes mucho tiempo para dedicarle o un ritmo de vida activo, sin duda adoptar un perrito viejito es la opción. En lo personal me encanta esta etapa y se adapta a mi estilo de vida.
¿De raza o criollo?
Elige lo que gustes, pero sólo ten en cuenta buscarlo con las características adecuadas para que puedas cubrir sus necesidades. Es decir, no vayas a adoptar o a comprar un Alaska o un Golden si estás lastimada de la espalda, sólo llegas a dormir a casa y puedes pasearlos una vez por semana. Creeme, destruirá tu hogar y terminarás deshaciéndote del perro.
Sé realista, investiga en los refugios o criaderos el carácter de tu nuevo amigo y sé objetivo al momento de tomar una decisión. Lo más importante es tener la certeza de que estará en tu familia los próximos 20 años.
¡No sé que hacer con mi perro!
Puede ser que una vez adquirida la responsabilidad, el comportamiento de tu perro se salga de tus manos y ya no sepas qué hacer con él. Es válido y está bien aceptar que requerimos ayuda.
No es que los perros sean malos, desobedientes o irreverentes, en realidad los causantes de sus problemas de conducta siempre seremos nosotros, así que cuando no puedas más acércate a un profesional.
Hay familias que requieren apoyo extra, así como hay niños que requieren clases particulares. Lo más importante es no abandonar a un ser vivo que confía en ti.
¡Espero esta guía te sea útil para tu próxima adopción! ¡Bienvenido a la aventura!
Sandra Arias, conductista animal.