Por: Hugo Gama
A inicio del 2019 la máxima casa de estudios de Michoacán deberá elegir a su próximo Rector, acontecimiento que debe ser aprovechado por los nicolaítas para renovar a la Universidad y establecer de manera clara líneas estratégicas para su fortalecimiento, en especial su rescate financiero.
El último año de la actual rectoría, esta se alejó de la simple lógica política. El Rector determinó distanciarse del gobierno del Estado y acercarse al partido político Morena. La decisión fue errónea, su estrategia no rindió resultados, no se vislumbra solución financiera, su alianza no fue efectiva, sin embargo, le alcanza para tener una salida decente del cargo, al final logró recuperar cierta confianza de los sindicatos universitarios (parece que esa era la estrategia de fondo).
Hoy suenan nombres de aspirantes al máximo cargo de la Casa de Hidalgo, unos conocidos y otros no tanto; unos cercanos al ex gobernador Salvador Jara, otros al actual Rector o también a ex Rectores.
En la Comisión de Rectoría descansa la gran responsabilidad de elegir al Rector, es en este pequeño colectivo donde el futuro de la Universidad se encuentra. La Comisión tiene la obligación de tomar la mejor decisión, el perfil electo debe ser el idóneo para llevar a mejor puerto a la máxima casa de estudios.
¿Qué perfil se requiere? La respuesta es sencilla, se necesita un personaje que pueda tener comunicación con todos los sectores de la Universidad, que recupere el diálogo con el gobierno del Estado, que además pueda establecer relación con todas las fuerzas políticas, caso contrario, las dificultades prevalecerán y los nicolaítas no merecen seguir por el mismo camino.