La Consulta y la Inclusión Social

Por: Ángeles Nazares Jerónimo

América Latina, es considerada la región más desigual del mundo. Las diferentes categorizaciones que se hacen de los hombres y mujeres influyen en gran medida en cómo se encuentra compuesta la sociedad y en el desarrollo desigual de la misma. La etaria de la edad, la pobreza, la posición económica, la clase social, el lugar donde se vive, la zona de donde provienen (barrios, colonias, favelas) son determinantes al momento de discriminar y excluir.

En estas sociedades la mayoría de sus habitantes son excluidos de las decisiones más importantes y de gran impacto en sus países. Creando con ello grandes barreras entre quienes poseen una mejor posición social y económica y quienes no la tienen, ahondando con ello, en las brechas de desigualdad existentes.

Los altos índices de violencia que también existen en estas sociedades, en la mayoría de los casos tienen su origen en la pobreza, en la falta de oportunidades, en la exclusión social y por supuesto en la desigualdad, que se traducen en la falta de un proyecto de vida para más de la mitad de la población de estas sociedades y por supuesto en nuestro país.

Es muy importante para las y los ciudadanos ser tomados en cuenta en las grandes decisiones de su país, siendo México una nación con una democracia representativa en la que de manera delegativa, son las y los representantes que electos mediante el voto universal directo y secreto, asumen la toma de decisiones. Mismas que pueden ser fortalecidas con la participación directa de la ciudadanía, mediante los instrumentos que para ello, establezcan las leyes.

Desde mi punto de vista, la realización de la Consulta sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y particularmente el lugar de su construcción, -efectuada por el gobierno federal entrante-, considero es de un gran acierto. Es innegable, que la consulta estuvo mal organizada, sin fundamento legal, el resultado no sería vinculante, se cayó el sistema, se podía votar en más de una ocasión, no se instalaron mesas de recepción en los aeropuertos y tampoco en las mejores colonias de las ciudades más urbanizadas del país, y muchas otras deficiencias, que ya se mencionaron en otros artículos periodísticos y en las redes sociales. Sin embargo, hay un punto que quiero destacar y que también fue reproducido ampliamente, y que señalaba, que quienes acudieron a emitir su voto, “nunca se habían subido a un avión”, y ni lo harán, y es precisamente en este hecho en donde radica su importancia. El tomar en cuenta a toda la sociedad en general y no solamente a ciertos segmentos o estratos sociales, da un valor igualitario a la participación ciudadana, que sin exclusión y sin discriminación por su condición social o económica, deciden sobre los proyectos de gran relevancia de la nación. Como se puede observar, el punto de mi análisis no va enfocado a la democracia participativa o al fortalecimiento de la participación ciudadana en temas centrales, mi punto va encaminado al establecimiento de mecanismos o instrumentos que –sin proponérselo o sin ser el objetivo- van aminorando las brechas de desigualdad social o exclusión social que padece nuestro país y también, porque no, un decremento en los índices de violencia y delincuencia. La posibilidad de que la mayoría de la sociedad independientemente de su estatus dentro de la misma, genere un cambio en sus estructuras sociales, es ya un gran paso, y que este, tienda a reconstruir ese tejido social tan roto en estos tiempos, también lo es.

La prevención social de la violencia y la delincuencia a traviesa necesariamente por aminorar los hechos y los actos que generan exclusión social, una sociedad dividida en la que existen espacios públicos solo para unos/as y no para todos/as, genera encono social y resistencias, de ello, cito un ejemplo que ocurrió en Brasil y del que da cuenta el artículo,“Brasil: el Fenómeno de los Rolezinhos y el Riesgo de Apartheid”, que se refiere a los actos que realizaban los «Rolezinhos», “una práctica en la cual adolescentes de las favelas se reunían en ostentosos centros comerciales a través de convocatorias realizadas por las redes sociales”, centros comerciales de los cuales eran expulsados, incluso con la participación de la policía. Esta situación generó lo que las y los expertos consideraron un “Apartheid social”, es decir, eres libre de transitar formalmente donde consideres hacerlo, pero de facto se establece, que la ciudad se encuentra segmentada territorialmente y no puedes transitarla toda.

Los estereotipos sociales, también juegan un papel decisivo, las características que socialmente se les asignan a ciertos grupos poblacionales, como la de la edad, la clase social, la pobreza, el origen étnico, el ser migrantes, la raza, el género, son categorías sociales que los colocan en posición de desventaja, por lo que son discriminados y excluidos de manera cotidiana. Los «Rolezinhos», encontraron en su protesta, su propia visibilización y una forma de demostrar su descontento, su informidad y sobretodo la exclusión de los espacios públicos y “comunes” de la que eran objeto, esa exclusión que hace seres humanos desiguales socialmente, aún y cuando la formalidad establecida en las leyes, señale que el principio de igualdad y no discriminación es parte de sociedades modernas, democráticas e incluyentes y que este, debe ser garantizado por el Estado.

Es por lo anterior, que considero un gran acierto la realización de la Consulta sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, misma que también se refleja en el crecimiento en los índices de popularidad del Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador, quien de acuerdo con el Gabinete de Comunicación Estratégica goza de una popularidad del 78%, misma que se vio incrementada en un 10%, tras los resultados de la Consulta. Sin duda que la Consulta sobre el NAICM, trajo varios beneficios, y es todo un éxito, para un gobierno que aún no entra en funciones.

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