Por: Leovigildo González
El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, sonríe en momentos en donde la seriedad debería ser la clave, hoy lo volvió hacer mientras recomendaba a aspirantes a cargos de elección popular no pedir permiso a «malosos», el lunes, fue un mal día para su administración que carece de perfiles que solucionen problemas.
Bedolla, quienes lo conocen dicen que es un tipo «bien intencionado, pero mal asesorado», su forma en responder ante los problemas es clara muestra de que no dimensiona a cabalidad todo lo que conlleva la responsabilidad que ostenta.
El lunes murieron a manos de homicidas dos aspirantes a ser alcaldes de Maravatío, buscaban espacios para hacer política y gobernar, no lo lograron, pero tampoco recibieron de su gobernador una muestra mínima de empatía, lejos de eso hizo recomendaciones a quienes buscan los mismos puestos.
En política, la soberbia es la peor consejera, minimizar los problemas es parte inequívoca de mal gobierno, no ver la justa dimensión de los mismos es muestra de no proponer alguna solución.
La inseguridad que está envuelto Michoacán no es solo culpa de su gobierno, se arrastra desde hace varios lustros, sin embargo, hoy tiene la oportunidad de una coordinación estrecha con el Gobierno Federal para tratar de solucionar algo que parece imposible.
Son varios frentes que hoy tiene Bedolla, por un lado, José Martínez Pasalagua, el líder transportista que le declaró la guerra, lo hace ante la poca capacidad de diálogo del mandatario estatal, y tal vez no lo doble, pero exhibe ingobernabilidad que no es nada benéfico para el estado.
No es malo aceptar errores, la Guardia Civil que tanto se presume en el gobierno estatal, ha sido un fiasco en Morelia, pero también en varias regiones del estado no es una corporación ejemplar, la corrupción se apoderó de quienes deberían dar seguridad a los ciudadanos que así lo reclaman, a dos años y medio de su administración, es momento de hacer cambios en esa área.
Fue terrible la forma en que un elemento disparó sin control contra un ciudadano, lo hace porque hay impunidad y tiene el respaldo de «alguien», eso es lo grave, que afecta a todo un Gobierno que estará evaluado en las urnas en unos meses.
El lunes 26 de febrero de 2024, fue un mal día para Bedolla, también lo fue para Michoacán, si al gobernador le va mal, a todos también.