EL ÚLTIMO LLAMADO. COLUMNA.
Por: Diego Donaldo Chávez Palmerín
Política. Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados. RAE.
Arte. Conjunto de preceptos y reglas para hacer bien algo. Virtud, disposición y habilidad para hacer algo. Maña, astucia. RAE.
La sociedad le ha dejado claro a la clase política que han perdido su confianza, que sus bajos resultados y su falta de coherencia en el mensaje-actuar ha logrado que la apatía los domine.
Si la clase política debe de demostrar todo lo contrario para ganar de nuevo adeptos y confianza, imagínense para quienes son jóvenes, políticos y militantes.
Por ahí dicen que por unos cuantos pagan muchos, y es el recien caso del jóven ex Diputado, ex Senador, ex candidato Presidencial y actual Gobernador de Nuevo León Samuel García, que en tan solo unos días logró encajar perfectamente en los adeptos negativos con los que catalogan a los malos políticos.
“Hizo todo lo que en política no se debe hacer” y con eso creo un anti manual político.
Mencionaba el ideólogo Don Jesús Reyes Heroles que la forma es fondo, mantra que no tiene desperdicio ni pierde vigencia.
Samuel siendo Gobernador contaba con toda una estructura y un aparato para observar todas las formas políticas que lo llevaran a cumplir el fondo legal. No lo hizo y decidió imponerle a un Poder de Estado un decreto inconstitucional.
Oficio. Dominio o conocimiento de la propia actividad laboral.
Oficio Político es la diferencia entre un político que constantemente sirve, que actua socialmente responsable y que le preocupan sus acciones, entre un político que solo actúa. Samuel solo actúo, no controló sus impulsos.
Tacto. Prudencia para proceder en un asunto delicado. RAE.
Usted lector juzgue este último paso.
¿Realmente hubo tacto político, diálogo y/o acuerdos? ¿Qué no de eso se trataba la política? ¿O es que ya nos acostumbraron a olvidar los básicos de esta?
Forma es fondo, oficio y tacto. Claro ejemplo de estudio y análisis sobre que hacer y que no hacer en política. Como nuevas generaciones estamos obligados a dignificarla, a respetarla y reconocer lo que nos sirve del viejo manual para aprender a no caer en los mismos errores que hoy tienen a este arte y oficio tan desacreditado. Juventudes es nuestra oportunidad, estemos a la altura.