Por: Editorial
De nada sirvió que entraran a Aguililla más de 800 militares para tomar el control de la seguridad, a pesar de eso, el alcalde César Valencia, fue asesinado.
Michoacán libra una batalla contra la inseguridad desde hace varias décadas, el abandono institucional ha sido brutal.
El manotazo del Gobierno Federal se dio a inicio de año, con cientos militares desplegados en la región, la cual había sido olvidada durante el inicio de la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
El alcalde hoy, está muerto, lo que exhibe que hay una debilidad de Estado, a pesar de los cientos de efectivos militares, algo que debe prender los focos rojos.
Pobre Michoacán ha tenido un día catastrófico en materia de inseguridad.
Mientras tanto seguirá el #RuidoEnLaRed