Por: Editorial
A Sala de Prensa llegó la versión de los vecinos del Fraccionamiento Jardines del Toreo de que Julio no era un delincuente, como así lo intentaron manejar desde la Policía de Morelia, para justificar su acción desmedida que le arrebató la vida.
Julio padecía de sus facultades mentales, un susto lo hizo correr ante los uniformados quienes solo exhibieron su falta de capacitación ya que uno tuvo una herida al momento de perder el control de su arma.
Hoy, la muerte de Julio es investigada, pero la indignación es mayor, simplemente no debió pasar.
Hay una familia que llora, y una ciudad que reclama justicia.