Por: Leovigildo González
Tantos eran los aires de grandeza, de un político venido a menos, que montó un teatro, buscando hostigar e intentar callarnos.
Alberto Frutis, no sólo hizo un pésimo trabajo al frente de la Secretaría de Educación, institución que usó para su beneficio personal, desde ahí, intentó «armar» una carpeta de investigación contra quien escribe.
Al ex Secretario de Educación, se le olvida que el ejercicio del poder conlleva que lo privado se convierte en público cuando se usa una posición de la administración pública para el servicio personal.
En el Día de la Libertad de Expresión, la reflexión debe ser generalizada, quienes ejercen el poder y quienes ejercemos el periodismo.
Frutis, sólo es un político que intentó apagar una editorial de Sala de Prensa Noticias, con fuego. Desde este espacio le digo, no nos va a callar, ni él, ni nadie.
Desde mis inicios en el periodismo, hace 17 años, sabía que enfrentarse al «poder» conlleva consecuencias, y que más de alguno intentaría callarnos, afortunadamente he seguido expresando lo que creo y pienso.
Y es que en la carpeta de investigación que armó Frutis, de la cual tenemos una copia, se exhibe el hostigamiento del que fui objeto, como seguirme a los lugares que frecuento, un acto que es la muestra clara del perseguir a un incómodo, desde una posición de «poder».