Por: Editorial
De nada sirvieron las amenazas de Marko Cortés de que renunciaran al Partido Acción Nacional (PAN) los legisladores que aprobaron la Ley Bonilla en Baja California, aún así lo hicieron.
El michoacano ha perdido autoridad en el PAN y su presencia como oposición es mínima ante los embates del partido en el poder.
Cortés, no ha logrado imponerse con los integrantes de su partido, lo cual lo deja muy mal parado en las últimas decisiones como lo ocurrido en Baja California, en donde fueron legisladores panistas los que ejecutaron una Ley que claramente va contra la constitución y la misma visión panista.
Aunque Marko Cortés llegó con legitimidad, lo cierto, es que no tiene autoridad y con eso también pierde el PAN, que es un golpe directo al partido más fuerte de la oposición.
No se lo tomen a mal esto no es NADA PERSONAL