Por: Editorial
Si hay alguien que desacredita a la política por su vileza, cinismo, estridencia y adicción a los reflectores, ése es Gerardo Fernández Noroña.
La verdad, en este caso los dichos del diputado del PT no tienen mayor valor ni sustento, es evidente que sólo quiere llamar la atención de los medios de comunicación, en su afán de protagonismo exacerbado.
Noroña ha hecho de los espacios parlamentarios un circo; de alguien que sustituye el debate de las ideas por el insulto, la calumnia, la difamación y los gritos.
Estamos frente a un personaje que denigra a la política y a las instituciones.
No sólo en Morena se han infiltrado muchas sabandijas, como declaro ayer su lideresa Yeidckol Polevnsky, en el Partido del Trabajo tienen el mismo problema.
Mientras tanto seguirá el #RuidoEnLaRed