Por: Jorge Hidalgo Lugo
Mientras que en el Congreso federal los representantes populares de Morena y sus aliados del PT y Encuentro Social faltaron a la promesa de rebajarse los salarios y abatir el precio de la gasolina, dando así una cuchillada a quienes votaron por ellos, en Michoacán sus diputados se desgarran las vestiduras y con oportunismo político obsceno, pretenden figurar como los defensores de los pobres y desamparados.
Juego de simulaciones porque en Michoacán, el Ejecutivo estatal ha tenido que buscar mecanismos a su alcance para sortear las dificultades que genera el recorte instrumentado de manera arbitraria e injusta por quien cree llegada la hora de ejercer vendetas políticas que satisfagan su espíritu revanchista y autoritario.
Es así que en la discusión del paquete fiscal 2019 para el Estado de Michoacán, pretendió olvidarse que el proyecto está basado con evidentes indicios de austeridad, siendo responsable y equilibrado en su concepción.
La bipolaridad política que denotan los actores de Morena en Michoacán, se contrapone a lo que la misma dirigente nacional Yeidckol Polevnsky declaró a los medios cuando fue interrogada respecto a los reclamos por los recortes injustificados con que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha castigado a los estados del país: “…todos los gobernadores y presidentes municipales tienen que aprender a cobrar impuestos, porque no es correcto que se hable de más recursos y crean que del gobierno federal puede salir todo”.
Pero como la actitud contestataria es su sello, los diputados de Morena no se detuvieron a analizar que a diferencia del presupuesto aprobado por la Federación, la propuesta presentada por el Gobierno de Michoacán ante el Congreso del Estado garantiza la continuidad de acciones y programas en áreas prioritarias, como turismo, cultura, campo, ciencia, seguridad, educación y desarrollo económico.
En esas condiciones de vulnerabilidad que se puso a Michoacán, que no al Ejecutivo en turno, los legisladores morenistas no atinan a pensar mínimamente que sería irresponsable dejar desprotegidos rubros que han permitido acercar beneficios medibles y tangibles para los michoacanos y sus familias.
Por ello, la discusión del paquete fiscal demandaba de la voluntad y suma de fuerzas de todos, y al no plegarse a sus arbitrarias indicaciones, hoy están en la picota dos legisladores como Baltazar Gaona García del PT y Wilma Zavala Ramírez, de Morena, objeto de un linchamiento mediático instrumentado por el partido de López Obrador.
Se les olvida a los radicales legisladores que aquí no tienen cabida las visiones unilaterales ni fincadas en intereses electorales o políticos. Las campañas ya han quedado atrás y lo que se requiere es ver por el bien de Michoacán.
Incapaces de alzar la voz o protestar por el humillante y limosnero trato que diera el gobierno federal a nuestra entidad, los morenista olvidan que hoy, Michoacán exige unidad, responsabilidad y altura de miras de sus gobernantes y representantes populares.
Tampoco reconocen los que juegan en esta bipolaridad siniestra y tramposa que por ello, la proyección del presupuesto considera el impacto por la inflación a nivel nacional en 2019, estimada en un 3.4 por ciento.
Insisto, quienes se venden como “héroes” no dijeron nunca esta boca es mía frente a las reducciones consideradas en el presupuesto federal para Michoacán, por lo que resulta inaplazable fortalecer la capacidad recaudatoria como entidad federativa y haciendo eco a la arenga de la mismísima dirigente nacional de Morena.
Hay que reconocer que aun cuando hay sectores que se sienten lastimados, como es la clase empresarial, esta medida traerá beneficios para toda la población, pues lo recaudado se destinará al fortalecimiento de la estrategia de seguridad, promoción turística y protección al ambiente.
Esto también obliga a un ejercicio responsable del gasto y exige un esfuerzo de todos. Por eso, en este 2019 el Gobierno del Estado se ha comprometido a continuar implementando medidas de austeridad que se suman a las aplicadas durante los últimos tres años.
Podemos citar por ejemplo, la eliminación de 184 plazas de puestos de confianza que representaban más de 90 millones de pesos en salarios y prestaciones.
Además se extinguen áreas como la Representación del Gobierno de Michoacán en la Ciudad de México; el Centro Estatal de Tecnologías de Información y Comunicaciones, y la Junta de Caminos.
Por si no fuera suficiente, el Ejecutivo estatal ordenó se compacten estructuras administrativas de la Secretaría del Migrante; Comisión de Pesca, Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación; Consejo Estatal para Prevenir y Eliminar la Discriminación y la Violencia, y la Secretaría Ejecutiva de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, entre otras.
Los bipolares de Morena en el Congreso de Michoacán, aplauden al presidente López Obrador las cuchilladas en contra de los habitantes de las entidades federativas, pero aquí se erigen como celosos defensores de los jodidos, sin serlo. Por eso preciso reflexionar que se vive un momento histórico para nuestra entidad, que define la estabilidad y viabilidad de acciones y programas estratégicos en el futuro inmediato, para el desarrollo de nuestro estado.
La farsa no va a prosperar, la gente sabe a qué obedecen estas medidas recaudatorias y dónde tienen su origen. De ahí que sea deseable mejor dejar de lado la descalificación y la diatriba. Se anteponga la responsabilidad y la altura de miras, observando el bien común por parte de todos los actores en el Legislativo y el Ejecutivo.
No se debe rehuir al debate, al intercambio de ideas y al contraste de propuestas, pero teniendo como objetivo el interés superior que es Michoacán, por encima de intereses personales o de grupo. Sobre todo si en lo nacional no hicieron nada por proteger a millones de mexicanos que sufren desde ahora las medidas arbitrarias ejecutadas desde Palacio Nacional.
Señores diputados de Morena, es momento de dejar para otra ocasión su bipolaridad y recuerden que no todos en Michoacán nos engañamos con sus falsas posturas de próceres en ciernes.