Por: Humberto Paz
¡Vaya falta de pericia, tacto y oficio político de la persona que el tabasqueño designó como coordinador de los programas federales para Michoacán!, cargo que demanda un perfil no solamente político, sino también de experiencia a toda prueba en la función pública para que apriete mejor la cuña.
Y es que resulta que Roberto Pantoja, quien viene de dirigir a Morena en el estado, hizo llegar un oficio al titular del Ejecutivo estatal para convocarlo a una reunión el domingo en donde se trataría la estrategia denominada Plan Nacional de Paz y Seguridad, la cual incluye una disposición federal para realizar reuniones diarias en los estados, a las 8:00 horas, para darle seguimiento a las acciones y tomar el pulso del país en la materia.
Aureoles debía presentarse en las instalaciones de la 21 Zona Militar, según el oficio signado por el “superdelegado”. Y claro, el perredista no solamente lo ignoró, sino fue quien terminó poniendo las condiciones para una reunión en la materia.
El encuentro se llevó a cabo, no en las instalaciones militares, sino en la residencia oficial de Casa de Gobierno, en un formato de sesión del Grupo de Coordinación que desde el inicio de la administración silvanista viene funcionando en la entidad.
El encuentro lo encabezó el propio mandatario michoacano, quien –cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública en mano- le recordó al representante federal -en su calidad de invitado-, los resultados alcanzados en tres años. Al final, si bien Pantoja delineó también el plan lopezobradorista, acabó fusionado al esquema que ya opera en Michoacán, y reconociendo el resultado de la estrategia estatal. Ahora, Silvano ha dejado en claro que su gobierno no participará más en reuniones con figuras intermedias, una, por no tener éstas la competencia legal para ello, y dos, por considerar que constituyen una violación al Pacto Federal y a la Constitución al querer desempeñarse, en la práctica, como figuras paralelas a los gobiernos estatales.