Por: Editorial
Luego de un Congreso Nacional celebrado en la Ciudad de México, lleno de gritos, golpes y hasta sillazos quedó claro que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) no aprendió de la golpiza electoral que recibieron en el pasado 1 de julio.
El cadáver comienza a ser fétido y será momento de darle sepultura.
La única figura fuerte es Silvano Aureoles, quién en el pasado proceso electoral apoyó a José Antonio Meade, candidato del PRI.
Sin ideología definida, con deudas económicas, sin figuras destacadas y con un desgaste innecesario por ir en contra de su ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, el PRD parece insostenible y ha dejado de ser un partido fuerte para convertirse en uno más de los pequeños.
Se acabó, o lo acabaron. Por eso, ya no causará Ruido En La Red.