Por: Humberto Paz
La responsabilidad principal, de llevar al PRD a las cenizas, corresponde principalmente a ls corriente (Los Chuchos) que han controlado la dirigencia perredista desde hace años y la que han impuesto la política pragmática de aliarse con el PAN, todo para seguir manteniendo cargos y posiciones para los principales dirigentes de esa corriente.
Entre tanto los Chuchos se han convertido en los principales críticos de López Obrador, mientras se llenan la boca hablando de una supuesta “izquierda moderna”, en su quehacer cotidiano reproducen las peores prácticas políticas priistas como el clientelismo y el control vertical del partido.
Hace tiempo que el PRD está derrotado ideológicamente, y las prácticas políticas de sus dirigentes cuestionadas y criticadas. La organización que se fundó como herramienta política de cientos de movimientos sociales y miles de luchadores sociales. El PRD está en cenizas justamente porque traicionó los principios políticos y el horizonte ético con el que se fundó. Lo que sigue es saber si de esas cenizas se puede construir otra cosa que retome ideales originarios, o simplemente barrerlas.
La ruta de pragmatismo, aburguesamiento, traiciones ideológicas y clientelismo convirtieron a un partido que nació vinculado a diversos movimientos y luchas sociales, en un instrumento al servicio de una fracción de la clase política profesional y sin ánimo y fuerza para plantear cualquier transformación social en este país.
No se necesita ser adivino para saber que el PRD tiene sus días contados, pues aparte de conseguir una pésima votación el primero de julio este partido perdió el registro en diez estados del país. Si le sumamos una multa de más de 120 millones al INE, la disminución drástica de sus prerrogativas, el partido del sol azteca tiene muy pocas armas para evitar su desaparición en las elecciones intermedias.
Lo lamentable es que las pocas corrientes que quedan dentro del PRD ya se están peleando el cadáver, específicamente Nueva Izquierda y los de Iniciativa Galileos donde ambos quieren quedarse con el registro de ese partido para fundar otro sin hacer la talacha de construir otro partido desde cero.
Es lamentable ver desahuciado a este partido que fue un emblema de lucha de izquierda por casi 30 años. Esto se veía venir desde hace mucho tiempo pues las corrientes internas cometían fraudes electorales en sus procesos internos donde hasta el entonces IFE tuvo que intervenir varias veces.
Las tribus peleaban cada centímetro del partido sin importar el golpe que le daban cada vez que la gente veía como se hacían pedazos por cargos dentro del partido o en las candidaturas.
