Columna de opinión
Por: Arturo Alejandro Bribiesca Gil
“Todos los hombres son iguales. La diferencia entre ellos no está en su nacimiento, sino en su virtud” Voltaire
La española Ángela Ponce y la mongola Belguun Batsukh, son dos mujeres trans que están haciendo historia, ambas representaran a sus respectivos países –España y Mongolia- en el certamen de belleza Miss Universo edición 2018, que se celebrará en el mes de diciembre próximo en Tailandia.
Varias voces nacionales e internacionales del mundo de la belleza han criticado la participación de mujeres trans en el certamen, no vale la pena mencionar sus nombres, sería tanto como darles una importancia que sin duda no merecen por su mentalidad cerrada.
Este tipo de concursos, para bien o para mal, están encaminados a destacar y exaltar a la belleza femenina, en términos muy generales y subjetivos, acorde a las modas de cada época; porqué sin duda, los cánones de belleza de los años 50 son muy distintos a los de hoy día, además, cada cabeza es un gusto. Ahora, si su naturaleza es machista o contribuyen a la “cosificación” de la mujer, es materia de una discusión diversa y más profunda, que nada tiene que ver con el tema trans que nos ocupa, más bien identificado con cuestiones de discriminación e identidad de género.
Antes que otra cosa, mi reconocimiento a los organizadores y jurados de los certámenes de España y Mongolia, que no tuvieron atavismos y están siendo un gran ejemplo mundial sobre inclusión y respeto a la diversidad.
Aplaudo esta historia como defensor de la comunidad LGBTI, enemigo de la discriminación en cualquier presentación y como abogado progresista defensor de los derechos humanos.
Desde un punto de vista jurídico y de respeto a los derechos humanos, debemos destacar lo señalado en los Principios sobre la Aplicación de la Legislación Internacional de Derechos Humanos en Relación con la Orientación Sexual y la Identidad de Género, conocidos como los principios de Yogyakarta, en los cuales se señala que “la identidad de género se refiere a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente profundamente, la cual podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo (que podría involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios médicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que la misma sea libremente escogida) y otras expresiones de género, incluyendo la vestimenta, el modo de hablar y los modales.”
Como podemos apreciar, la participación de mujeres trans en certámenes de belleza es un tema de identidad de género, y no tengo duda que tanto Angela y Belguun se sienten mujeres y legalmente lo son, por tanto, no veo motivo justo para la discusión.
Conclusión, personalísima off course, cualquier comentario que descalifique la participación de estas mujeres es discriminación y debe ser sancionada socialmente, porque si la ley lo permite y las reglas del certamen también, pues que gane la subjetivamente mejor, desde un punto de vista estético y no cromosómico, ¿No creen?