Por: Leovigildo González
Morelia, Michoacán. 28 de septiembre de 2018.- Un noche de risas, de convivencia, entre mezcales y pizzas, así fue la cena de Mateo, para recaudar recursos y pueda recibir atención médica en Estados Unidos.
Las preocupaciones, el estrés y la mala vibra, se hicieron a un lado, cuando Mateo te veía a la cara y sonreía, una mirada que causa paz y que da valor.
El niño, es sobreviviente de un accidente donde murió su mamá y abuela, él tiene quemaduras en más del 90 por ciento de su cuerpo, perdió sus manos, pero eso no ha sido impedimento para que deje de sonreírle a la vida.
Mateo, es el milagro viviente que nos da esperanza para no dejar de luchar, para hacerle frente a los retos diarios.
Juan Carlos Aguilera, fue el gran anfitrión, en el restaurante Mi Lola, que con su peculiar ambiente hicieron que la noche fuera de armonía, risas y buena vibra, Mateo lo merece, su lucha esa noche fue de todos.
«Dios es grande» fue mi expresión, al verlo, y es que su actitud ante la adversidad es la de un gran guerrero que va ganando las batallas.