El juicio de la historia

Columna de opinión.

Por: Arturo Alejandro Bribiesca Gil

“La historia la escriben los vencedores.”

Soy amante de apotegmas, adagios, aforismos, frases célebres, dichos y refranes; a pesar de sus diferencias, podemos definirlas en lo general como sentencias breves que nos llevan a la reflexión o al aprendizaje de manera sumaria. Muchas de estas sentencias valen sencillamente por la profundidad de lo expresado, sin embargo, muchas otras adquieren su valor y trascendencia por la fama o autoridad del que las emite.

Es muy común usar estas sentencias breves, tanto en la plática informal como en los discursos públicos, como argumento de autoridad para convencer o fortalecer nuestro dicho; también para darle claridad, y en muchos de los casos solo para darnos ínfulas intelectuales.

Hay una máxima en lo particular que me fascina, pero siempre me apena un poco decir su origen, porque deviene de una película hollywoodense, lo que siento que le resta imperio. En fin, dice así: “Muere siendo un héroe o vive lo suficiente para convertirte en un villano». Estas palabras las pronuncia Harvey Dent, Fiscal de Distrito de Ciudad Gótica y futuro villano “Dos Caras”, en la película “El Caballero de la Noche” (2008), de la saga de “Batman”.

Creo que es muy cierto lo dicho por Dent, y lo saco a cuento porque año con año en la temporada patria -o patriotera-, siempre reflexiono sobre el juicio de la historia que han recibido Hidalgo e Iturbide; mientras que uno murió tempranamente para convertirse en héroe, el otro vivió lo suficiente para volverse emperador, lo que para nuestra cultura antimonárquica es lo mismo que villano.

Y también el juicio de la historia nos demuestra que la frase célebre maravillosa con la que inicia este artículo, y que casi todos damos por verdad irrefutable cuando la leemos o escuchamos, es falsa, al menos en México, conforme a nuestras costumbres historiográficas. También con Hidalgo e Iturbide lo comprobamos. El vencedor y consumador de la independencia fue el dragón vallisoletano, pero la historia le da el mérito al cura novohispano. Punto para Hidalgo.

Otro ejemplo de lo anterior lo encontramos en la revolución; los grandes vencedores son Carranza, Obregón y Elías Calles, pero la historia enaltece por encima de ellos la memoria de Madero, Villa y Zapata. Otro punto para los derrotados.

Parece que vende más para la posteridad la derrota heroica que el triunfo. Lo que tiene lógica, porque el triunfo genera responsabilidades que desgastan, y si vives lo suficiente terminaras siendo villano; no lo digo yo, lo dice Harvey Dent.

A la fecha podemos observar ese fenómeno mientras transcurre, ejemplo de ello es el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, derrotado heroico, con quien sin duda el juicio de la historia ha sido y seguirá siendo más benevolente que con quienes lo derrotaron formalmente: Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox. Tres a cero a favor de los derrotados.

Podemos concluir que la historiografía mexicana suele rendir pleitesía a los perdedores y devorar a los triunfadores.

En fin, debo señalar que esta idea es retomada del periodista y escritor Héctor Aguilar Camín, quien en su libro “La frontera nómada” nos dice que: “No se exagera mucho si se dice que, al final de la línea, la historia de México no la han escrito los triunfadores”.

Otrosí: Hoy, 21 de septiembre, la Republica de Armenia celebra el 27° aniversario de su independencia, y con motivo de esa conmemoración el Embajador de dicha nación en nuestro país, tomará protesta al nuevo Cónsul Honorario en Michoacán, nombramiento que recayó en Jack Sahakian, distinguido y querido miembro de la sociedad michoacana, de origen libanés. Enhorabuena camarada.

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