Columna de opinión
Por: Alejandro Meza
La urgencia de dotar a la Universidad Michoacana con recursos extraordinarios, es una necesidad imperiosa que requiere optimizar la gestión, debido a que las arcas de la institución quedarán vacías una vez que haya sido cubierta la segunda quincena de este mes.
Es importante atender las mesas de trabajo con nuestros representantes populares de la LXXIV legislatura estatal, de igual manera que con los Diputados Federales y Senadores de la República; en términos generales todo marcha acorde a la identidad ideológica del partido mayoritario en las distintas cámaras parlamentarias y hasta el momento nadie se ha negado al rescate financiero que requiere la Universidad. Sin embargo, es apremiante concretar la buena voluntad en resultados inmediatos.
La cuenta regresiva es incesante y la Máxima Casa de Estudios, carece de tiempo ante las eternas tramitologías de la vieja burocracia. La Universidad y toda la comunidad que la conforma, han cumplido cabalmente con los parámetros de calidad educativa y es por ello que tenemos la osadía de demandar lo que nos corresponde de acuerdo a los designios constitucionales.
Nos han arrancado paulatinamente una parte considerable del presupuesto anual, se ha retenido el recurso correspondiente a la gratuidad, además de formar parte de las universidades marginadas con un monto de subsidio anual por alumno, muy por debajo de la media nacional.
Inexplicablemente, la federación se ha negado a reconocer el Bachillerato Nicolaita, las Casas del Estudiante y algunas prestaciones laborales de empleados y maestros; agudizando con ello la brecha financiera que hoy padecemos los universitarios.
Hemos sido atendidos y escuchados por distintos protagonistas del panorama político estatal y nacional. Sin excepción, en todos los casos existen promesas halagadoras para el rescate financiero, el cual podría erradicarse el próximo año. El problema medular del asunto es la inmediatez que se requiere en este justo momento.
Los nuevos diputados no deben olvidar que el recurso está a punto de agotarse y que a partir de octubre no habrá para pagar a trabajadores y maestros. Tampoco podrán ser subsidiados los albergues estudiantiles y mucho menos mantener de pie las funciones primordiales de la institución.
Es imprescindible ofrecer resultados inmediatos que solventen esta problemática y evitar un paro en las actividades por parte de los gremios sindicales, que tendrían que movilizar sus filas en demanda de sus salarios; pero sobre todo, en defensa de la Universidad Michoacana y del presupuesto justo, puntual y suficiente que requiere.
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
¡VIVA ETERNAMENTE EL SUEUM!