Columna de opinión
Por: Humberto Paz
En los pasillos del Congreso del Estado se rumorea de todo, amoríos, política y grillas. Es una caja de resonancia de lo que sucede en las afueras.
Lo que ayer hizo Francisco Cedillo, ya se sabía, buscaba cobijo ya que Morena se lo negó, y lo encontró de inmediato en Adrián López Solís, mano derecha del gobernador, Silvano Aureoles.
Adrián es respetado, incluso por los más combativos legisladores del partido de Andrés Manuel López Obrador, su siguiente jugada ya se visualiza, debilitar al grupo de Morena a como dé lugar.
López Solís, tiene una tarea titánica, pero a unos minutos de conformarse la legislatura, la bancada que coordina ya tiene ocho diputados, al mismo nivel de Acción Nacional, con quiénes se prevé sean aliados en estos tres años, al igual que el Partido Verde y Movimiento Ciudadano, un bloque importante al que podría unirse el siempre enemigo PRI.
La fuerza de Morena comienza a mermarse, las luchas internas son diarias, y pocos son los beneficiados de las mismas. Así que uno de esos diputados podría encontrar cobijo en el PRD, partido del que salió.
