Redacción El Big Data
A dos meses del triunfo contundente de Andrés Manuel López Obrador y su partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el recuento de los daños comienza a hacer estragos en el agonizante Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Además de culparse unos a otros y pelear por las migajas que les dejó el proceso electoral, los perredistas rompieron su alianza con Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano, lo que los deja en un mayor grado de fragilidad. Sin embargo, en el barco perredista no todo está perdido, pues como en toda historia, después de la tempestad viene la calma, y la luz al final del camino parece estar a la vuelta de la esquina.
La oferta llegó a través del líder de la corriente más poderosa del sol azteca, Alternativa Democrática Nacional (ADN), Héctor Bautista, y por medio del dirigente del Movimiento Nacional por la Esperanza, René Bejarano. En una reunión fast-track, el ex coordinador de Izquierda Democrática Nacional (IDN) entregó el mensaje de AMLO al perredista, en el que dejó claro que había posibilidades de entendimiento entre ambas fuerzas políticas, pero a cambio de algo.
La petición fue dejar fuera a Los Chuchos de la dirigencia nacional del PRD, eso incluye a Jesús Zambrano, Jesús Ortega y toda su expresión, Nueva Izquierda. La oferta es tan real como la forma en que AMLO hace sus acuerdos –a través de una tarjeta y no con palabras verbales para no ser grabado y vinculado a algún escándalo mediático.
Bautista ya dio el mensaje a Los Chuchos. Incluso se propuso como el candidato ideal para dirigir el partido del sol azteca, para refundarlo y ser el puente de entendimiento con la administración lopezobradorista.
Por esa razón, la operación de los perredistas se centra en un solo objetivo: mandar a la catafixia a Los Chuchos a cambio de una relación proactiva con Morena y el presidente electo.