Acueducto | Samuel Ponce
En el marco de su fugaz gira de trabajo en territorio michoacano, aunque solo visitó tenuemente los municipios de Morelia y de Charo, el presidente Andrés Manuel López Obrador no abordó nada importante sobre el estado, bueno, no, al menos no n su habitual conferencia de prensa denominada la mañanera.
En la sede de la XXI Zona Militar, ubicada a un lado del histórico moreliano, en donde es su lugar favorito para refugiarse, en sus recorridos en suelo michoacano, para dictar la mañanera. Por supuesto, no abordó los compromisos que realizó durante su campaña política electoral, ni en sus visitas como presidente electo.
No importa, el palo dado ni Dios lo quita, reza el refrán. Ahora, a esperar nuevas promesas, sobre todo de las candidatas presidenciales, Xóchitl Gálvez Ruiz y Claudia Sheinbaum Pardo, quienes seguramente no cometerán el gravísimo error de comprometerse a federalizar la educación como lo hizo el huésped del Palacio Nacional.
No, el presidente no se disculpó con las michoacanas y michoacanos por incumplir dicha federalización, eso sin citar al menos otros dos compromisos sin aterrizar, pero porqué tendría qué hacerlo, sino lo ha hecho, seguramente ni lo hará, con los afectados, con los integrantes del magisterio, en especial con el autollamado democrático.
Mejor hablar de otros temas, como que Canadá exige visa a sus visitantes, del manipuleo del caso Ayotzinapa y, por supuesto, del día de la mujer, pero mucho más de la seguridad, aunque él no lo hizo directamente, de cómo, desde su perspectiva, desde sus mágicos y oscilantes datos, se ha logrado la disminución de los homicidios dolosos.