FEMINISMO

Por: Luis Ventura de La Rosa

El feminismo es un movimiento social y político que se inicia formalmente a finales del siglo XVIII -aunque sin adoptar todavía esta denominación- y que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación, y explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquella requiera.

Marcuse dice que: el movimiento feminista actúa a dos niveles: uno, el de la lucha por conseguir la igualdad completa en lo económico, en lo social y en lo cultural; otro, “más allá de la igualdad” tiene como contenido la construcción de una sociedad en la que quede superada la dicotomía hombre-mujer, una sociedad con un principio de la realidad nuevo y distinto.

UNA LUCHA CONTRA PATRIARCADO EN NUESTRO PAÍS

En la América conquistada por los españoles, la subordinación de las mujeres se consolida especialmente a través de las Leyes de Partidas, la familia patriarcal y la influencia y poder de la Iglesia católica, continuándose en las leyes de los Estados–Nación que se han construido hasta hoy.

ES IMPORTANTE SABER QUE…. Y reflexionar

EL FEMINISMO

Reconoce lo masculino como el punto de referencia

El punto de partida de Beauvoir fue darse cuenta que todas las producciones culturales de la humanidad, desde el arte hasta el uso del lenguaje, tienen al hombre como punto central, principal referencia.

Por ejemplo, al expresar la idea de «ser humano» se utiliza por defecto la figura del hombre, o la del hombre y la mujer, pero nunca la de la mujer. Otro ejemplo sería que, muchas veces, desarrollar la versión femenina de algo consiste en añadirle atributos inequívocamente femeninos a modelos «neutrales». Por ejemplo, existen productos con una versión «para mujeres» que se distinguen del modelo estándar por ser rosas, señalando así que el modelo estándar es en realidad el masculino. Lo mismo ocurriría en política: lo normal y esperable es que los políticos sean hombres.

Es una constante lucha contra el patriarcado en términos generales el patriarcado puede definirse como un sistema de relaciones sociales sexo–políticas basadas en diferentes instituciones públicas y privadas y en la solidaridad interclases e intragénero instaurado por los varones, quienes como grupo social y en forma individual y colectiva, oprimen a las mujeres también en forma individual y colectiva y se apropian de su fuerza productiva y reproductiva, de sus cuerpos y sus productos, ya sea con medios pacíficos o mediante el uso de la violencia.

Mientras tanto los estudios feministas sobre el patriarcado, y la constatación de que se trata de una construcción histórica y social, señalan las posibilidades de cambiarlo por un modelo social justo e igualitario de derechos humanos.

BUSCAN LA EQUIDAD DE GENERO ¿Por qué es importante?

Es importante que haya igualdad de género para llevar correctamente el gobierno de un Estado o país. Si los hombres y las mujeres tienen igual participación en los procesos de la toma de decisiones, se reducirán las diferencias del sistema político, pudiendo cada uno expresar sus ideas, prioridades y técnicas de desarrollo.

Para lograr un equilibrio en la sociedad y un correcto desarrollo de la misma, es elemental que se respete la contribución de hombres y mujeres a la misma, cumpliendo el rol de ciudadanas y ciudadanos, individuos sociales y generadores de recursos. Como hemos de saber, sigue en pie la lucha femenina, ya que éstas tienen un limitado acceso a la toma de decisiones en la sociedad. Los hombres tampoco comparten las tareas del hogar, como el mantenimiento del mismo.

Esto produce un agravamiento de las desigualdades entre ambos géneros, empeorando la explotación y haciendo difícil la tarea de mantener el equilibrio en la sociedad. Es relevante desarrollar diferentes estrategias que brinden igualdad de oportunidades, tanto a hombres como mujeres, para que ambos puedan ser personajes activos de la comunidad, con igual acceso a recursos, gestión y toma de decisiones.

Es muy usual que los hombres y las mujeres pasen por situaciones y luchen contra la pobreza de distintas formas, siendo las mujeres aquellas que habitualmente se encuentran en mayor exposición. Integrar a las mujeres no sólo quiere decir otorgarles poder, sino que es una oportunidad para brindarle nuevas estrategias y recursos para su lucha contra la pobreza.

Se requiere una política pública con perspectiva de equidad de género, no a la simulación.

Las mujeres en muchas ocasiones son quienes llevan más carga en las labores del hogar y es importante que se les respete en todos los espacios sociales.

Que ya no se de tanta violencia, muerte y odio hacia ellas.

Que se vistan como quieran

A igual trabajo = igual salario

Que puedan transitar por la calle con seguridad y sin miedo

Que se les reconozca su lucha

Que se sean felices

UNA SAGA MASCULINA DE DOMINACIÓN

Ligado con los elementos anteriores aparece la corroboración de que la historia, a todos los efectos, ha sido escrita por hombres, tanto literal como simbólicamente. Simone de Beauvoir ve en esto un síntoma de un fenómeno de dominación y sometimiento de las mujeres, y a su vez el motivo por el que se ha alienado a la mujer de todos los aspectos de la vida y de la producción simbólica.

NO SE NACE MUJER, SE LLEGA A SERLO

Recapitulando, veremos que para Simone de Beauvoir el punto de referencia de lo humano es el hombre y que lo femenino es, en todo caso, un atributo específico no equiparable al concepto de lo masculino, ya que es definido según su proximidad o lejanía de este punto de referencia.

La conclusión que extrae de esto es que lo femenino es, en sí mismo, algo que ha sido diseñado y definido por el hombre e impuesto sobre las mujeres. Esto se resume en su famosa frase «no se nace mujer, se llega a serlo». En definitiva, las mujeres no lo son de un modo ajeno a la historia y a la política, sino más bien a causa del dominio de la mirada masculina sobre «lo Otro».

POR UNA FEMINIDAD NO ALIENADA

Es necesario recalcar que la teoría que Simone de Beauvoir traza en El Segundo Sexo no es simplemente una descripción de lo que ella consideraba que era la realidad; adherido a esto estaba una indicación moral, de lo que debía hacerse y es bueno. En concreto, esta filósofa señaló la necesidad de que las mujeres definiesen su propia identidad al margen de la mirada masculina, sin verse coaccionadas por las imposiciones por parte de ese referente moral e intelectual alimentado a base de siglos y siglos de dominación.

Este artículo es inspirado en una mujer con discapacidad, que es ama de casa y lucha día con día por ser mejor persona y a quien el sistema patriarcal no le reconoce y demerita su esfuerzo por el hecho de ser mujer y tener discapacidad.

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