Columna de opinión
Por: Rafael García Tinajero Pérez.
A 14 de Setiembre del 2018.
Es un hecho del que ya se ha hablado mucho y también se ha escrito en demasía. Además ya transcurrieron casi dos semanas desde que esto sucedió, tiempo más que suficiente para que el asunto hubiera quedado en el olvido, reconozcamos que los acontecimientos políticos se dan, en esta época a una velocidad vertiginosa y que cada día surge un nuevo suceso que hace flaquear rápidamente la frágil memoria política de nuestro pueblo. Sin embargo, lo retomó hoy y sobre el escribo, por que lo considero un hecho de un gran contenido simbólico y paradigmático de lo que puede ser el destino final del “cambio verdadero” y de la que se ha nombrado como “ la cuarta transformación” , similar por su alcance y contenido a Independencia, Reforma y Revolución. Me refiero al sainete legislativo en el que se aprobó, durante la primera sesión del Senado de la República de la LXIV legislatura, pasar sobre la Constitución y otras leyes y reglamentos de nuestro país y del estado de Chiapas, al permitirse que una sola persona, Manuel Velasco Coello, ostente al mismo tiempo dos cargos de elección popular, el de Senador con licencia y de Gobernador Chiapas con el agravante de que en éste último será interino de sí mismo.
Y no se trata de una crítica enderezada contra Morena, movimiento con registro de partido que por si solo tiene la mayoría absoluta en el Senado y cuya participación fue decisiva para que las cosas sucedieran así. También es criticable la actitud de todos los representantes de los partidos en la Junta de Coordinación Política y el sentido del voto último de la mayoría de los Senadores, los de MORENA, si, pero también el de los del PRI, PRD, MC y PT, que votaron dos veces y en sentido diferente, un mismo asunto y dieron un buen raspón al prestigio de la naciente legislatura.
La historia es sencilla de contar, a pocas horas de efectuarse la elección federal del 1 de Julio, el Consejo General del INE aprobó que el partido de Velasco Coello modificara su lista de candidatos plurinominales al Senado y se le incluyera en la posición número dos. Para aprobar lo anterior se hizo una interpretetación amañada del artículo 55 de la Constitución que prohíbe que un gobernador sea votado para senador en el territorio del estado que gobierna, como si en la lista plurinominal no estuviese incluido Chiapas como parte del pacto federal. Una vez superado este trámite y la propia elección, Velasco Coello logró que los Diputados locales de su estado modificaran la Constitución chiapaneca en sus artículos 42,52, 55 y 56 para que pudiera separarse del puesto de gobernador y regresar después como sustituto de sí mismo, evitándole así optar por el puesto de Senador o el de Gobernador, uno u otro, sin posibilidad de alternarlos, en contraposición al artículo 125 de la Constitución Federal, que prohíbe sin lugar a dudas una situación cómo está.
Finalmente , ya como Senador, Velasco Coello llevó su asunto al pleno del Senado, mediante el trámite de petición de licencia para separarse temporalmente del cargo de Senador y volver a Chiapas a asumir el interinato de sí mismo como gobernador. La licencia le fue negada por el pleno, parecía que los senadores ponían orden y evitaban la consumación de una cadena de atropellos a la Constitución poniendo a esta por encima de cualquier institución o individuo, haciendo valer el famoso apotegma juarista, “ nada al margen de la ley, nada por encima de la ley”. Pero todo cambió y pasando por encima de la reglamentación del propio Senado que impide que un mismo asunto sea votado dos veces por el pleno en un mismo periodo de sesiones, el asunto de Velasco se volvió a discutir y a votar con el resultado que ya conocemos, poniendo al gobernador de Chiapas y al mismo tiempo Senador por encima de la ley y poniéndose el propio Senado de la República al margen de la ley.
Mal empezó esta legislatura. Si en realidad se pretende la transformación radical país , en el buen sentido del término cambiar las cosas desde la raíz, debemos de combatir la cultura política prevaleciente en todos los partidos y que corresponde y es puntal precisamente del régimen político que pretendemos superar para acceder a uno nuevo, esa cultura que tiene entre sus características el uso patrimonialista del poder público y las violaciones reiteradas y groseras a la ley por parte de quienes están obligados a respetarla, cumplirla y hacerla cumplir. La simulación y el engaño.
Esperemos que la cuarta transformación no sea una forma de que todo cambie para que todo siga igual, de ser así el cambio verdadero será de mentiritas. Harían bien los Senadores en impedir el regreso de Velasco Coello al Senado una vez que haya concluido el cargo por el que optó, gobernador de Chiapas.
Nada al margen de la ley, nadie por encima de la ley, lo repitió muchas veces AMLO en campaña. Que así sea , por el bien de todos.